Su nombre no resuena como el de Boris Karloff o Bela Lugosi, pero Ricou Browning fue una pieza clave para el éxito de la saga de terror de Universal.
Hoy se cierra un capítulo más en la historia del cine. Ricou Browning, el último actor detrás de los monstruos clásicos de Universal, falleció a los 93 años. Quizá su nombre no le suena a muchos, pero todos disfrutamos con su trabajo como la criatura submarina en El monstruo de la laguna negra.
El oriundo de florida siempre fue un entusiasta de la educación física y los deportes acuáticos. De hecho, fue esta pasión la que lo introdujo al cine. Fue en 1953 cuando, mientras trabajaba en un show ubicado en los mantos acuíferos de Wakulla Springs, que un equipo de producción se le acercó. Primero para pedirle que los guiara por el área, ya que estaban en búsqueda de locaciones. Después, para que nadara frente a la cámara para ver la perspectiva. Sólo pasaron unos días para que Universal le ofreciera el rol del Gill-man en El monstruo de la laguna negra.
El crédito fue compartido. Ben Chapman interpretó al monstruo en tierra, mientras que Ricou Browning fue el responsable de las escenas submarinas. Los reportes desde el set indican que era capaz de contener la respiración por hasta cuatro minutos.
Nunca alcanzó el estatus de leyenda de otros actores de la franquicia, como Boris Karloff, Bela Lugosi o Lon Chaney Jr. Esto no le impidió regresar para dos secuelas, Revenge of the Creature y The Creature Walks Among Us. Tampoco le quita el derecho a pertenecer al más selecto grupo de leyendas del cine de terror: los Universal Monsters.
Su carrera no se limitó al miedo. Coprodujo y coescribió Flipper, tanto la película como la posterior serie. También fungió como director de segunda unidad, coordinador de stunts y director de secuencias acuáticas de distintas producciones.
El cine y el terror está de luto, pues se ha ido una de sus mayores leyendas. Hasta siempre al último de nuestros Universal Monsters.
