Cuando el cinéfilo se convierte en creador.
Quentin Tarantino ha revolucionado el cine con un estilo visual único y diálogos que se quedan grabados en la memoria. Se ha posicionado como uno de los directores más influyentes de su generación por su audacia para jugar con los géneros y la narrativa, así como por su habilidad para crear personajes inolvidables. Tarantino aborda temas complejos como la redención y la venganza desde una perspectiva única y una estética distintiva, con gusto por lo extravagante y lo disruptivo.
Estas son las mejores películas de Quentin Tarantino. ¿Con cuáles te quedas?
Tiempos violentos (1994)
Si bien ya había tomado al mundo por sorpresa con Perros de reserva (1992), y su crudeza, frescura y desfachatez, el realizador siguió cautivando a propios y extraños con este filme sobre dos asesinos a sueldo, Jules Winnfield (Samuel L. Jackson) y Vincent Vega (John Travolta), quienes, trabajando para el imponente gangster Marcellus Wallace (Ving Rhames) completando una serie de encargos. ¿Es necesario decir que las cosas no salen de acuerdo con lo planeado? Tarantino siempre abraza el caos.
La cinta, más que por cualquier otra cosa, es recordada por su estructura narrativa no lineal, pero vale la pena rescatar otros de sus elementos, entre ellos su soundtrack y el resto de sus interpretaciones, como las de Uma Thurman y Bruce Willis. Sin duda, la más aclamada de las películas de Quentin Tarantino.
Kill Bill (2003, 2004)
Aquí, se nos presenta la historia de Beatrix Kiddo, mejor conocida como La novia (Uma Thurman). Ella es una mujer hábil y calculadora que solía ser integrante de un grupo criminal integrado por Bill (David Carradine). Sin embargo, cuando la protagonista está a punto de casarse con el líder de la organización, él le dispara y la abandona para que muera. Poco tiempo después, ella empieza a cazar a todas las personas que ayudaron a Bill a cometer este crimen, y no tendrá piedad con nadie.
Filmada como una sola cinta –y proyectada tal cual, como un gran compendio, en varias ocasiones–, este es un épico homenaje a las historias de venganza y artes marciales japonesas, con algunos tintes de cine serie B, que combina un apartado visual altamente estilizado con una edición y banda sonora vigorizantes para crear una experiencia que ataca todos los sentidos. Otra de las mejores películas de Quentin Tarantino, se trata de una odisea llena de muchos elementos estimulantes. Tal es la cantidad de acción que, después de sus primeras exhibiciones, hasta su distribuidora decidió lanzarla dividida en dos partes, estrenadas en años consecutivos.
Había una vez en Hollywood (2019)
No es un secreto para nadie que Tarantino está completamente enamorado del cine de antaño. No sólo disfruta hablando de grandes obras del pasado, sino de las técnicas con las que se realizaban, además del talento que las protagonizaba. En esta, su película más madura –pero no por eso la menos lúdica–, el cineasta lleva esa pasión a un nivel más personal y emocional al contar la historia de Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) y Cliff Booth (Brad Pitt), una estrella televisiva y su doble de acción, en la década de los 60.
El realizador enmarca las vivencias de ambos estelares –una narrativa totalmente original– en un recuento revisionista de los mejores tiempos de la meca del séptimo arte, dentro del que destaca una entrañable oda a la actriz Sharon Tate (interpretada por Margot Robbie). Este es un inspirado y orgánico desfile de referencias en el que el amor al arte es palpable.
Jackie Brown (1997)
Basada en la novela Rum Punch, de Elmore Leonard, esta es una cinta obligatoria para cualquier fan del estilo del director al que dedicamos esta lista. Conocemos a Jackie Brown (Pam Grier), una sobrecargo de mediana edad que lleva una doble vida como mensajera de Ordell Robbie (Samuel L. Jackson), un despiadado traficante de armas. Cansada de esta vida arriesgada y buscando una salida, Jackie se encuentra en una encrucijada.
Se trata de la película que cimentó el estilo del realizador ante un público más amplio. Quizá la propuesta de su filmografía en la que mejor se mezclan los elementos más característicos de sus largometrajes: diálogos extendidos, miradas frescas a los mundos criminales y personajes femeninos con muchas capas de personalidad, todo envuelto en atmósferas de cine negro que, de pronto, incluso emulan el subgénero de la explotación. También actúan Michael Keaton, Bridget Fonda y Robert De Niro.
Death Proof (2007)
Como parte de la película de antología Grindhouse, que creó y dirigió junto a su amigo, el también cineasta Robert Rodriguez, Tarantino presenta una de las mejores recreaciones del cine B de las épocas de los 60 y 70, mediante un retorcido relato que sigue a Mike (Kurt Russell), un doble de acción con una oscura obsesión: usar su auto especialmente modificado para matar mujeres jóvenes. Con su vehículo “a prueba de muerte”, Mike se convierte en un cazador implacable que persigue a sus víctimas con lujo de violencia.
Este drama que a ratos coquetea con el slasher, cuenta también con las actuaciones de Rosario Dawson, Vanessa Ferlito, Jordan Ladd, Rose McGowan, Sydney Poitier, Tracie Thoms, Mary Elizabeth Winstead y Zoë Bell, quienes capturan a la perfección la adrenalina de la juventud, pero también la angustia de enfrentarse al peligro.
Bastardos sin gloria (2009)
Con esta propuesta, el director hizo evidente su gusto por entregar piezas históricas revisionistas en las que se toman periodos oscuros de la humanidad para presentar ficciones que resaltan que muchas personas tienen una naturaleza retorcida. Así, lanzó esta obra que reimagina la Segunda Guerra Mundial.
La película combina dos historias: Aldo Raine (Brad Pitt) lidera un grupo de soldados judíos estadounidenses llamados “Bastardos”, quienes cazan nazis en Francia ocupada; y Shosanna Dreyfus (Mélanie Laurent), una joven judía que busca venganza contra los nazis que asesinaron a su familia. En un punto, ambas historias se juntan en un plan audaz para asesinar a los altos mandos nazis. La intensidad y el realismo de esta épica de guerra alternativa son reforzados por el elenco estelar, que incluye a Christoph Waltz como el Coronel Hans Landa, el horrible e imponente “Cazajudíos”, y a Diane Kruger como Bridget von Hammersmark, una espía aliada.
Perros de reserva (1992)
En este clásico del cine independiente que cambió el subgénero criminal, Tarantino cuenta la historia de un grupo de delincuentes que, tras un robo exitoso, se esconden en un almacén. Cada uno de ellos tiene un nombre en clave: el Sr. Blanco (Harvey Keitel), Mr. Orange (Tim Roth), Mr. Pink (Steve Buscemi) y Mr. Blonde (Michael Madsen). Tras el robo, comienzan a sospechar unos de otros y la tensión aumenta.
La película es conocida por sus escenas violentas y diálogos interesantes, como la discusión sobre la propina. Tarantino cuenta la historia de manera similar a un rompecabezas, donde las cosas no siempre suceden en el mismo orden.
Django sin cadenas (2012)
Otra de las mejores películas de Quentin Tarantino. Aquí, seguimos a Django, un esclavo liberado por el cazarrecompensas Dr. King Schultz, se une a él en una misión para rescatar a Broomhilda, la esposa del estelar. Juntos, llegan a un mundo peligroso lleno de violencia y discriminación racial. Mientras rinde homenaje a los clásicos del spagetti western, Tarantino ofrece una mirada crítica y revisionista a la esclavitud en Estados Unidos.
Con un elenco estelar que incluye a Jamie Foxx como Django, Christoph Waltz como el Dr. Schultz y Leonardo DiCaprio como Calvin J. Candie, el cruel propietario de una plantación, esta película es combina de forma poderosa la acción, el drama y la reflexión sobre la historia de Estados Unidos.
Los 8 más odiados (2015)
De nuevo, un western. En esta ocasión, está ambientado en Wyoming durante una tormenta de nieve intensa. En este lugar aislado se refugian ocho extraños, cada uno con un oscuro pasado. Entre ellos, encontramos a Samuel L. Jackson en el papel del Major Marquis Warren, un cazarrecompensas; Kurt Russell en el papel del ejecutor John Ruth, y Jennifer Jason Leigh en el papel de la fugitiva Daisy Domergue.
La tensión aumenta y las verdaderas intenciones de cada uno comienzan a revelarse conforme la tormenta aísla cada vez más a los personajes. Tarantino confecciona un juego psicológico en el que nadie es quien parece, mediante una atmósfera claustrofóbica.
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