Conoce la trayectoria de la actriz.
Pocas estrellas crecieron, literalmente, frente a la cámara como Drew Barrymore. Enamorada, aventurera e, incluso, una espía, la actriz ya hizo de todo. Drew es hija de una reconocida dinastía actoral, su primer gran papel la catapultó a la fama mundial a los siete años, y desde entonces, su carrera ha sido un vaivén de éxitos, reinvenciones y una autenticidad que la ha mantenido vigente durante más de cuatro décadas. En reconocimiento a su camino, aquí te compartimos algunas de sus mejores películas.
E.T., el extraterrestre (1982)

Una lista como esta no puede empezar sin hablar de E.T. A los 7 años, Barrymore interpretó uno de los papeles más importantes de su carrera; Gertie, la tierna hermanita del protagonista en esta historia de ciencia ficción. Su actuación es breve, pero una de sus más memorables. La simpleza y naturalidad que Drew agregó a esta aventura es algo único, tanto que la convirtió en una estrella infantil de talla mundial.
La película, dirigida por Steven Spielberg, cuenta la historia de Elliott un niño de nueve años que se encuentra con un extraterrestre y decide esconderlo en su casa para protegerlo. Para mantener su secreto, el pequeño cuenta con la ayuda de su hermanita y su hermano mayor.
Loco por ella (1995)

Bajo la dirección de Antonia Bird, Drew Barrymore cuenta una de sus historias de amor más alocadas. La actriz interpreta a Casey, una joven emocionalmente inestable que se enamora de un chico tímido. Lejos del tono ligero de muchas películas noventeras, Loco por ella es un drama romántico que muestra una de las interpretaciones más vulnerables y arriesgadas de Barrymore.
Los límites del amor juvenil, la salud mental y la rebeldía de una generación se ven presentes en esta historia que, para muchos, es una joya oculta del cine de los noventa.
Nunca me han besado (1999)

Pocas películas definen tanto a Drew como Nunca me han besado. En ella, interpreta a Josie Geller, una periodista insegura que regresa a la secundaria como parte de un reportaje encubierto. Lo que empieza como una comedia ligera, se transforma en una reflexión dulce sobre el bullying, la autoaceptación y las segundas oportunidades.
La película consolidó a Barrymore como reina de la comedia romántica de los 2000 y nos regaló una de sus actuaciones más entrañables. Imposible olvidar la escena del estadio y la espera por ese “primer beso” que marcó a una generación.
Los ángeles de Charlie (2000)

Este es uno de los clásicos más grandes en la trayectoria de Drew. A la fecha, nadie puede olvidar su trío icónico junto a Cameron Diaz y Lucy Liu. En un reboot sobrecargado de acción, las actrices trajeron a la vida la historia de Joseph McGinty Nichol.
En ella seguimos a tres investigadoras angelicales mientras rescatan a un gerente de una compañía tecnológica. Barrymore tomó el papel de Dylan, la más ruda y desinhibida del grupo, y aportó una energía punk que contrastaba perfectamente con sus compañeras. El éxito comercial de la cinta permitió una secuela, y consolidó su imagen como una estrella ícono de Hollywood.
Como si fuera la primera vez (2004)

Para muchos, esta es la película más tierna y encantadora de Drew Barrymore. Haciendo una dupla increíble junto a Adam Sandler, la actriz contó una historia de amor sin igual. En esta conocemos a Lucy, una joven brillante y espontánea que sufre de una gran maldición, no puede recordar nada después del día de hoy. Debido a la pérdida de memoria a corto plazo, vive atrapada en el mismo día. Así, su enamorado será el encargado de regresar el amor a su vida.
La química entre ambos actores es innegable, y aunque la premisa podría parecer repetitiva, Barrymore aporta una dulzura y ternura que hacen que cada escena funcione. Es una de esas películas que no envejece y sigue emocionando cada vez la vuelves a ver.
Confesiones de una mente peligrosa (2002)

En este debut como director de George Clooney, basado en la supuesta autobiografía del presentador Chuck Barris, Barrymore interpreta a Penny, la novia del protagonista. Aunque no es la figura central de la historia, su papel es clave para mostrar el lado humano de Barris.
La cinta mezcla realidad y ficción con un estilo visual atrevido, y Barrymore aporta calidez en una narrativa retorcida. Es una de sus actuaciones más maduras, en un film menos conocido, pero muy respetado en círculos cinéfilos.
Donnie Darko (2001)

Richard Kelly trajo uno de los thrillers psicológicos más trascendentes del cine contemporáneo y solo lo pudo hacer de la mano de Jake Gyllenhaal y Drew Barrymore. En una historia en la que un conejo profético persigue a un chico, la actriz dio vida a Karen Pomeroy, una excéntrica maestra. Aunque su papel fue secundario, su presencia fue vital para el filme, ya que, recordemos, no solo apareció en la cinta, sino que fungió como productora.
Además de actuar, fue una de las productoras ejecutivas que apostó por este extraño y ambicioso proyecto. No diremos mucho de su historia por si aún no la vez, solo que es compleja, inquietante y profundamente simbólica.
Grey Gardens (2009)

Basada en el icónico documental de los años 70, Grey Gardens nos muestra a Barrymore en uno de los papeles más desafiantes de su carrera: Edith “Little Edie” Bouvier Beale, prima de Jacqueline Kennedy.
La película recibió múltiples premios, y Barrymore fue ampliamente elogiada por su transformación y profundidad actoral. En ella seguimos a dos ex damas de sociedad que se recluyen en una vieja mansión de Nueva York.
Como una de sus actuaciones más voraces, Drew desaparece por completo dentro del personaje. Su acento, gestos y vulnerabilidad demostraron que no solo era una estrella carismática, sino también una actriz con un rango dramático impresionante.
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