Después de verlas, tendrás tanta energía que querrás atravesar una pared corriendo.
Una buena película de acción te llena de adrenalina, pero también te hace preocuparte por lo que les sucede a sus personajes y al mundo que los rodea, porque las historias están tan bien contadas que no sólo importa ver los trancazos, persecuciones y explosiones, sino involucrarnos con los riesgos.
Estas son las 10 mejores películas de acción de todos los tiempos.
Mad Max: Furia en el camino (2015)
Desde que esta película llegó a las salas de cine hace casi una década, fue una decisión unánime proclamarla como una de las mejores películas de acción de todos los tiempos –de hecho, hay quienes no lo piensan mucho y la consideran la mejor del género en toda su historia.
¿A qué se debe que casi siempre sea colocada en el primer lugar del podio? A una combinación de factores, entre los que destacan las interpretaciones de Charlize Theron y Tom Hardy, y la historia engañosa, que podría parecer simple, pero que aborda un sinfín de temas sociales y filosóficos muy necesarios. La cereza en el pastel es, por supuesto, el dominio que tiene George Miller sobre los elementos visuales que convierten a una obra audiovisual en una experiencia vertiginosa que nadie debería perderse.
Oldboy (2003)
A menudo mencionada como la mejor cinta de Park Chan-Wook, esta producción surcoreana se ha ganado al público con el paso de los años, sobre todo por su arriesgada mezcla entre cine negro y de artes marciales, todo cubierto por una atmósfera sucia y rebelde, acentuada por varios de los mejores giros que se han ejecutado en el siglo, y también por sus comentarios sobre las relaciones interpersonales.
Con un icónico plano secuencia, ambientado en un pasillo, el cuál contiene una de las peleas más elegantes, salvajes y sangrientas del género, Oldboy fue un referente para varios largometrajes que le siguieron.
Duro de matar (1988)
No sólo es la película que convirtió a Bruce Willis en una superestrella internacional, sino que comenzó el tropo de hombres comunes convirtiéndose en héroes rudos improbables. Y es que John McClaine no quería acabar metido en uno de los pisos más altos de la torre Nakatomi salvando ejecutivos snobs de los planes de una banda de ladrones, todo con mucho ingenio y violencia. Pero a veces, la vida te lleva por caminos distintos a los esperados y… ¿qué puede hacer uno?
Gracias a su ritmo fluido y dinámico y a su guion inteligente, a veces satírico, esta película es de las favoritas de quienes disfrutan las historias adrenalínicas e imparables. Una de las cosas que la ha llevado a ser tan influyente es su creatividad para plasmar secuencias explosivas en la pantalla. La gran pregunta es: ¿También se puede considerar como navideña?
Matrix (1999)
Aclamada como la cinta por excelencia de 1999, aquel año en el que el cine vio grandes despliegues narrativos que se han convertido en clásicos de culto. Esta obra de las hermanas Lily y Lana Wachowski se ha sabido mantener como una de las favoritas de la audiencia por su habilidad para explorar qué es aquello que nos hace humanos, sobre todo en un mundo dominado por la tecnología, pero también cuál es el significado de la “realidad”.
Lo interesante es que hicieron todo esto mientras inventaban muchas de las coreografías, estructuras y ritmos más utilizados en los filmes que vendrían en el siglo XXI. ¡El movimiento bullet time es una barbaridad! Esta primera entrega dio pie a tres secuelas que, a su vez, son referentes de una infinidad de conceptos. Además, hay que decir que no será la única de esta lista protagonizada por Keanu Reeves.
Misión: Imposible: Repercusión (2018)
La franquicia protagonizada por Tom Cruise en el rol del agente secreto Ethan Hunt ya era tomada en cuenta como una de las que producía las mejores películas de acción modernas antes de este capítulo. Sin embargo, una vez que Christopher McQuarrie tomó las riendas de la saga, la revolucionó por completo, ofreciendo misiones que se superaban una a la otra.
En esta, la segunda de las que McQuarrie ha comandado, Cruise se consagró como el stuntman predilecto de Hollywood, ya que protagonizó una peligrosa persecución en helicóptero y un salto de avión a 7620 metros de altura.
Máxima velocidad (1994)
¡Otra vez Keanu! Aquí, el queridísimo actor canadiense se pone en la piel de un agente antiexplosivos que debe evitar que un tren explote gracias a una bomba colocada por un terrorista dentro del vehículo. El problema es que el arma se detonará si el transporte de pasajeros no se mantiene a la velocidad constante de 80 km/h.
Una experiencia llena de tensión, característica por su edición que la provee de adrenalina al por mayor, además de ser la primera unión de la dupla conformada por Reeves y Sandra Bullock (la otra fue La casa del lago, en 2006). Cabe mencionar que este fue el debut como realizador del cinefotógrafo Jan De Bont. ¡La energía trepidante de los 90 en todo su esplendor!
Ip Man (2008)
Hoy, es casi imposible pensar en artes marciales fílmicas sin recordar al gran Bruce Lee, pero lo cierto es que hasta él tuvo un maestro que le enseñó todas las técnicas que lo volvieron famoso. El nombre de ese maestro es Ip Man, quien en esta cinta es interpretado por Donnie Yen, en uno de sus mejores papeles.
El largometraje está dirigido por Wilson Yip, quien supo imprimirle un estilo único, por el contexto histórico en el que sitúa a China, pero también por las imponentes coreografiadas ejecutadas a la perfección por el estelar.
John Wick (2014)
Hay un antes y después de esta película protagonizada por… Keanu Reeves. Además de darle un giro fresco a las historias de venganza, es memorable porque creó todo un universo y mitología para los asesinos a sueldo. Chad Stahelski y David Leitch inyectaron nueva vida en varios elementos que ya estaban gastados en este tipo de propuestas y, de paso, resucitaron la carrera del protagonista.
Cruda, visualmente apabullante y coreografiada con precisión clínica, la propuesta desencadenó toda una franquicia que cuesta creer que siga en pie, sobre todo porque la locura entera parte de una motivación simple, noble e inesperada.
Aliens (1986)
James Cameron tomó el universo de horror presentado por Ridley Scott en Alien (1979) y le imprimió su estilo visceral y rudo, del que ya había echado mano en las dos primeras películas de Terminator, para crear una de las películas más entretenidas de finales de la década de los 80.
Si su visión para la aventura de Ellen Ripley funciona es porque contiene varias de las escenas más explosivas de la historia del cine, e intercambia lo sutil de los sustos punk rock de la primera entrega por una incisiva crítica al militarismo.
El tigre y el dragón (2000)
Ang Lee se consagró como uno de los directores más propositivos cuando dio a conocer al mundo esta fábula de artes marciales que combina el combate tradicional chino con un romance que quita el aliento, y que fue clave para encumbrar al subgénero wuxia (de artes marciales) como uno de los predilectos de la audiencia.
Esta es una de las mejores películas de acción de todos los tiempos porque todas sus imágenes son inolvidables y porque está contada con una pasión y sutileza que ya casi no se encuentran hoy.
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