Existe una categoría de los Oscar que nadie ha ganado ya que las reglas de la Academia son demasiado estrictas para que alguna califique.
Los Premios de la Academia siempre han evolucionado. Desde su primera ceremonia en 1929, las categorías han cambiado nombres, criterios y enfoque, reflejando los movimientos del cine. Sin embargo, pocas categorías son tan enigmáticas como Mejor Musical Original, un premio que la Academia creó en el año 2000 y que, hasta la fecha, no tiene ganadores. Una categoría de los Oscar que nadie ha ganado nunca.
La categoría Mejor Musical Original nació para cubrir un vacío. Durante décadas, la Academia reconoció a los musicales mediante distintas versiones de categorías de banda sonora. Por ejemplo, en los años 30 y 40, el auge de los musicales llevó a la creación de premios como “Mejor Banda Sonora de Comedia o Musical”. Pero cuando el género musical perdió popularidad, estas categorías quedaron obsoletas.
En respuesta, la Academia decidió crear Mejor Musical Original. La intención era destacar películas que usaran canciones originales para contar historias, un concepto profundamente arraigado en la tradición del teatro musical. Sin embargo, las estrictas reglas impuestas han evitado que cualquier película califique.
¿Qué exige Mejor Musical Original?
La categoría tiene requisitos extremadamente específicos. Según la Academia, un musical original debe incluir al menos cinco canciones completamente originales del mismo equipo de compositores. Estas canciones deben avanzar en la narrativa de la película, ser claramente audibles y formar parte esencial de la historia.
Esta regla ha resultado ser el principal obstáculo. Muchas películas que parecen encajar en la categoría no cumplen con todos los criterios. Por ejemplo, en grandes éxitos animados como Frozen, algunas canciones sirven para establecer el tono o desarrollar personajes, pero no necesariamente impulsan la trama hacia adelante.
Adaptaciones como Wicked: Parte I tampoco califican, ya que no son obras originales. Por otro lado, películas como Chicago quedan excluidas por estar basadas en musicales de teatro preexistentes. Incluso producciones como Moana o Moana 2 podrían calificar, pero necesitarían competencia suficiente para activar la categoría.
El concepto de usar canciones para contar historias dentro de un musical no siempre fue la norma. Antes de Oklahoma! en 1946, muchos musicales eran colecciones de canciones desconectadas de la trama. Este cambio revolucionó tanto el teatro como el cine, estableciendo un estándar moderno para el género.
A pesar de esta evolución, pocas películas cumplen con los estrictos criterios de la Academia. En lugar de abrir la categoría a más interpretaciones, los lineamientos han permanecido inamovibles, lo que la mantiene vacante.
La problemática historia de la música en los Oscar
Desde sus inicios, la Academia ha enfrentado desafíos para categorizar la música en el cine. En 1938, la película One Hundred Men and a Girl ganó la categoría de Mejor Banda Sonora a pesar de usar únicamente música clásica preexistente. Este evento impulsó la creación de la categoría Mejor Banda Sonora Original en 1939, marcando un esfuerzo por distinguir entre adaptaciones y composiciones originales.
A lo largo de los años, las categorías relacionadas con musicales han tenido varios nombres y enfoques. Títulos como “Mejor Adaptación Musical” o “Mejor Banda Sonora Original de Musical o Comedia” reflejan la lucha de la Academia por encontrar un equilibrio. Sin embargo, todas desaparecieron en 1999, dejando un vacío que la categoría Mejor Musical Original intentó llenar sin éxito.
¿Qué futuro le espera a Mejor Musical Original?
En sus más de dos décadas de existencia, Mejor Musical Original no ha tenido nominados. Esto plantea dudas sobre su relevancia dentro de los Oscar. Mientras las reglas no cambien, la categoría seguirá siendo un recordatorio de las complejidades de definir lo que merece un premio en el mundo del cine.
El panorama actual del cine presenta pocas oportunidades para que un musical original califique. Películas como La La Land o Encanto han destacado en los Oscar, pero en otras categorías. Esto evidencia la falta de interés de los estudios en crear obras que se ajusten a los rígidos requisitos de Mejor Musical Original.
La historia de esta categoría ilustra el desafío de adaptar los premios a las transformaciones del cine. Mientras tanto, seguirá siendo un trofeo sin dueño, atrapado en una paradoja de reglas bien intencionadas pero limitantes.
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