No sólo en la vida real, sino en el cine hemos tenido la dicha de conocer a las mamás más inolvidables. ¡Feliz Día de las Madres!
Las películas y el cine nos han dado mamás inolvidables y de todo tipo. Por ejemplo, mamás que guían a sus hijos por el buen camino y los protegen a toda costa, como Molly Weasley de Harry Potter. Mamás con embarazos complicados, como Evelyn Abbott de Un lugar en silencio, o Padme de Star Wars. Mamás adoptivas y amorosas como Charlotte de La telaraña de Charlotte , o la Señorita Miel de Matilda. Mamás jóvenes, como Juno. Mamás que tienen que soltar, como Evelyn de Todo en todas partes al mismo tiempo. O mamás que harían cualquier cosa por sus hijos, como La Novia de Kill Bill, o Sarah Connor de Terminator.
Y la maternidad no sólo está en la ficción, porque detrás de cámaras, hay cineastas, directoras, actrices y guionistas cuyo trabajo principal es ser mamás. Así que, checa estas increíbles historias:
Tenemos mamás actrices que le heredaron a sus hijas su amor por la actuación, como Tippi Hedren, leyenda del cine que se coronó desde el inicio de su carrera con Los pájaros, pero antes de esto ya tenía a la pequeña Melanie Griffith, quien creció en los escenarios y, tuvo un camino más duro que su mamá, pero al final, su esfuerzo rindió frutos y recibió una nominación al Óscar por Secretaria ejecutiva, justo el mismo año en el que nació su pequeña, Dakota Johnson, quien debutó a los 10 años, ya es una joven promesa del cine, y pronto la veremos en el spin-off de Spider-Man, Madame Web.
Entre otros ejemplos destacados, tenemos a Judy Garland y Liza Minelli; Silvia Pinal, que sus hijas Silvia Pasquel, Viridiana Alatriste y Alejandra Guzmán destacaron en el mundo de las artes.
Y la lista sigue y sigue: Goldie Hawn y Kate Hudson; Carrie Fisher y Billie Lourd; Lisa Bonet y Zoë Kravitz; Milla Jovovich y Ever Anderson; Andie MacDowell y Margaret Qualley; Lea Thompson y Zoey Deutch…
Actrices que se volvieron mamás muy jóvenes, como Sofía Vergara, quien tuvo que criar prácticamente sola a su hijo, razón por la que durante muchos años aceptó todas las oportunidades que tuvo en la actuación, por más pequeñas que fueran, para salir adelante.
O Whoopi Goldberg, quien se interesó en la actuación cuando vio en Star Trek a la legendaria Nichelle Nichols y gritó “¡Mamá! ¡Hay una mujer negra en televisión y no es sirvienta!”. Y aunque años después se convertiría en mamá a temprana edad, no abandonó su sueño y para cuidar a su pequeña y pagar sus clases de actuación, tuvo todo tipo de trabajos, desde maquillista en una funeraria, cajera de banco, mesera y albañil.
Mamás que le pusieron una pausa a sus brillantes carreras en el cine, para dedicarse a cuidar a sus pequeños, como Julia Roberts, Sandra Bullock o Jennifer Garner, quien a punto del retiro, aceptó hacer El club de los desahuciados porque pensó que iba a ser su última oportunidad de actuar antes de dedicarse de lleno a la familia.
O Eva Mendes, que desde que tuvo a sus pequeñas, abandonó completamente los escenarios, diciendo que las veía tan chiquitas e indefensas que no se habría perdonado haberlas dejado solas.
También hay actrices que, al revés, tomaron trabajos extraños para cuidar a sus mamás. Como la ganadora del Óscar Nicole Kidman, que en su adolescencia tomó un trabajo de masajista terapeuta para comprar las medicinas de su mamá enferma. O Rene Russo, quien dejó la prepa para ayudarle a su mamá soltera, y trabajó en una fábrica de anteojos y en la taquilla de un cine.
Directoras cuya maternidad inspiró su trabajo, como Amy Heckerling, quien estaba embarazada durante la producción de Vacaciones en Europa, y su experiencia de balancear el trabajo con la vida de mamá, la inspiró para su siguiente película, Mira quién habla, que es un clásico.
Durante la preproducción de su debut como directora, Kasi Lemmons estaba embarazada y decía que esto le provocaba sueños muy raros y lúcidos. Y uno de estos sueños, donde ella volaba y se ahogaba al mismo tiempo, lo plasmó en la escena del monólogo.
Y aunque recuerda que la filmación fue de las experiencias más agotadoras de su vida, su película El pantano de Eva es considerada una de las mejores películas de 1997.
Greta Gerwig, tenía seis meses de embarazo durante la filmación de Mujercitas, pero no le dijo a nadie porque no quería retrasar el trabajo del equipo ni recibir tratos especiales. Dio a luz un día después de entregar el corte final de la película, con la que se ganó su segunda nominación al Óscar a Mejor dirección.
Algo parecido pasó con Emerald Fennell, quien filmó Hermosa venganza en sólo 23 días, con siete meses de embarazo. Y ante esto, ella decía que no la felicitaran, porque había mujeres que hacían cosas más difíciles que dirigir una película durante el embarazo. Gracias a su esfuerzo, Fennell recibió nominaciones al Óscar a Mejor dirección, Mejor película y Mejor guion original.
Y también tenemos a las geniales mamás que apoyaron a sus hijos en sus carreras, como Gerda Maritz, mamá de Charlize Theron, que la apoyó en un momento clave de su vida. Charlize era bailarina de ballet, y a los 16 dejó Sudáfrica para ir a Nueva York y probar suerte.
Pero se dio cuenta que no era lo bastante buena y, viviendo sola en un sótano, renunció a su sueño. Cuando su mamá se enteró, tomó el primer avión que pudo para ir con su hija, a quien le dijo que sí, que había mejores bailarinas que ella, pero que cuando a Charlize le tocaba el papel el cisne negro, ella era la mejor de todas. Así que le aconsejó que intentará por el camino de la actuación.
Nicole Flender, quien era bailarina de Broadway, se encargó de acercar a sus hijos al arte y los llevaba al teatro cada vez que podía, sembrando en ellos el interés por la actuación. Y gracias a eso hoy tenemos a Pauline y Timothée Chalamet.
Austin Butler supo desde pequeño que quería ser actor, y su mamá, la estetista Lori Anne Howell, lo apoyó en todo. Lo llevaba a sus talleres de actuación y lo esperaba en el coche, lo acompañaba a sus ensayos y audiciones y nunca se perdió ni una de sus obras escolares.
Lamentablemente, por una enfermedad, ella perdió la vida cuando Austin tenía 10 años. Y ese fue el motor de Austin para continuar con todo su esfuerzo su carrera, sobre todo porque él se enteró que de joven, su mamá soñaba con ser actriz.
Jenna Ortega también quiso ser actriz desde pequeña, pero la familia no estaba muy convencida de que eso era lo mejor para ella. Pero su mamá, Natalie, decidió comprarle un libro de monólogos de teatro para ver qué hacía con él. Días después, Jenna ya había memorizado uno de los monólogos, y lo actuó para su mamá.
Sorprendida por el talento natural de su hija, Natalie la grabó y subió el video a su página de Facebook para presumirla a familiares y amigos. Sin saberlo, uno de sus amigos era director de casting y… el resto es historia. Natalie nunca ha dejado de mostrar orgullo por sus hijos.
Y no podíamos dejar de mencionar a Judy Love Cohen, quien fue una ingeniera aeroespacial muy reconocida en su área, pues fue parte importante de la creación del Telescopio Espacial Hubble, el Satélite de seguimiento y retransmisión de datos, y el Programa Espacial Apolo.
Estaba embarazada mientras trabajaba en proyecto Apolo 13 y estaba atorada con unas fórmulas para resolver un problema del sistema de navegación de la nave.
Justo el día en que ella estaba en el hospital con las labores de parto, tuvo una revelación, resolvió la ecuación y le llamó a sus jefes para darles la solución, para dar a luz minutos después.
No sólo su sistema de navegación le salvó la vida a los astronautas del Apolo 13 después del famosísimo “Houston, tenemos un problema”, sino que el bebé que dio a luz ese día, fue Jack Black. Y gracias a esta mamá heroína, hoy tenemos la canción Peaches, porque a Jack no le llamó la atención la ciencia y quería ser músico y actor, y su mamá lo apoyó en todo.
Y como todos somos Paloma & Nacho, sabemos que todos tienen alguna historia que contar, sobre ser mamás o sobre sus mamás. ¡Feliz Día de las Madres!
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