Fuego y vuelos fantásticos.
El dragón es una de las criaturas fantásticas más fascinantes de todos los tiempos, muyo mito ha trascendido por generaciones para habitar de lleno en el imaginario colectivo de todo el mundo. Eso sí, con sus variantes, pues todo aficionado de estos seres sabe que el dragón oriental es muy diferente del occidental, tanto en aspecto como en naturaleza.
Esto mismo ha facilitado que el dragón pasara de los viejos textos, muchos de ellos con siglos de historia, al cine con un enorme éxito. Tan es así, que bien podría decirse que se ha convertido en un elemento virtualmente indispensable del fantástico.
Su rugido suena con fuerza y es por esto que recordamos a los cinco mejores dragones del cine.
Draco (Corazón de dragón)
Quizá la mejor manera de describir a Draco sea como la antítesis de Smaug. Es el último de su especie y aunque esto le genera una enorme desconfianza, es un ser noble que aprovecha cada una de sus cualidades para ayudar al prójimo y para tratar de enmendar un viejo acto de bondad que terminó por condenar al reino. Su valor es tal, que no vacila en decantarse por el sacrificio para concretar su misión, invitándonos a recordarlo siempre en las estrellas que iluminan el cielo nocturno. Es además el dragón con la voz más elegante en toda la historia del cine, recordando que ésta corrió a cargo del inolvidable Sean Connery.
Haku (El viaje de Chihiro)
Otro de los mejores dragones del cine. Ni el control de la despiadada Yubaba puede impedir que Haku sea una criatura sumamente noble y que aprovecha sus cualidades para auxiliar a Chihiro. Una figura hermosa, pero sumamente trágica por los secretos que le rodean y que se van develando con el desarrollo de la trama. Al final, sus nobles esfuerzos le son recompensados, ya que la chica le ayuda a terminar con una vieja maldición que le aqueja. Uno de los personajes más emblemáticos en la mitología de Hayao Miyazaki y determinante para conocer la naturaleza del dragón oriental, tan distinta a la del occidental.
Chimuelo (Cómo entrenar a tu dragón)
El dragón siempre ha sido una criatura incomprendida. Cómo entrenar a tu dragón es, muy probablemente, la película que mejor ha plasmado esta situación con un pueblo vikingo decidido a terminar con la especie. Todo cambia cuando Hipo, presionado por su padre para ascender como líder, termina entablando amistad con uno de ellos. ¡Y no con uno cualquiera! Sino con el más temido de todos: el furia nocturna. Es así como Chimuelo termina convirtiéndose en un símbolo de amistad y tolerancia, y de paso, en uno de los dragones más queridos del celuloide.
Smaug (El Hobbit)
Smaug es sin duda el que mejor manifiesta la naturaleza del viejo dragón occidental. Una criatura elegante, astuta y avariciosa, y que no vacila en usar su poderío para hacerse con todo lo que desea. Es también sumamente arrogante, pues sabe que su enorme tamaño y el grosor de su piel lo hacen virtualmente imbatible, mientras que las ardientes llamas que expulsa de su boca le permiten deshacerse de cualquier enemigo. Es, como él mismo dice, fuego y muerte. Ni siquiera estas cualidades le prepararon para enfrentar el ingenio de un hobbit, cuya profanación de su tesoro marca el punto de inicio de su caída. Punto extra por la majestuosa interpretación de Benedict Cumberbatch, quien hay que decirlo, es todo un referente de la actuación de voz contemporánea.
Maléfica (La bella durmiente)
La elección de Maléfica en esta lista es, sin duda, controvertida y más aún si consideramos la primera plaza que ocupa. No es un dragón, sino una peligrosa hechicera que adopta esta forma para evitar a toda costa que Felipe rescate a Aurora. Todo se justifica cuando recordamos que esta secuencia fue determinante para que la fémina se convirtiera en el villano más icónico de Disney y para una de las secuencias más memorables, no sólo del estudio o la animación, sino en toda la historia del cine. Hoy, el dragón de Maléfica sigue siendo un símbolo del mal en su máximo apogeo, ese que sólo puede derrotarse con toda la fuerza del bien y el amor.
Falcor (La historia sin fin)
Otro de los mejores dragones del cine. Fiel acompañante de Atreyu y Bastian, este dragón -sí, es un dragón, aunque parece perro- dará buena fortuna a quien conviva con él. Por eso, en el mágico mundo creado por Michael Ende, él es considerado un ser de inmensa sabiduría. Lo cierto es que, con su mezcla entre efectos animatrónicos y un gigante títere, este seguramente es el dragón favorito de toda una generación, y un símbolo del género de la fantasía en la década de los 80.
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