“¡El cielo se cae, el cielo se cae!”, gritaba Chicken Little, alertando a su comunidad sobre una inconcebible desgracia que llegaría desde lo más alto. En el cortometraje de 1943, el ingenuo pollito era víctima de la astucia de un hambriento zorro. En el largometraje del 2005, la amenaza se manifestaría en una invasión alienígena.
En ambas animaciones de la casa Disney, la advertencia provocaría pánico primero y posteriormente indiferencia, sobre un supuesto peligro que arremetería desde los cielos.
El corto original, producido como elemento de propaganda durante la Segunda Guerra Mundial, pretendía crear conciencia sobre el poderoso papel de la desinformación.
Curiosamente, en realidad es posible que “el cielo se caiga”. Algunas teorías científicas sustentan que la extinción de los dinosaurios se debió a los efectos sobre la Tierra del impacto de un asteroide o cometa.
La posibilidad de que algo así pudiese suceder de nuevo en nuestro planeta ha alimentado por décadas a la ciencia ficción fílmica, sumándose a las historias de grandes catástrofes en la pantalla grande. En la mayoría de estas películas, habrá alguna desatendida voz de advertencia, escepticismo y pánico masivo, como en Chicken Little. Aquí les presentamos algunas de ellas, comenzando por la más reciente que pueden disfrutar en las salas de Cinépolis AQUÍ.
El día del fin del mundo (Greenland, 2020)
El mundo se prepara para observar el paso de un recién descubierto cometa, sin sospechar que la trayectoria llevará a este cuerpo celeste a ejecutar la posible extinción de la humanidad.
La mayoría de las cintas previas sobre este tipo de desastre han enfocado su principal atractivo en la espectacularidad de la destrucción, donde el detalle de los poderosos efectos especiales cobran particular relevancia. Es por ello, que resulta interesante que en El día del fin del mundo este aspecto queda supeditado al drama familiar. Salvo por algunos momentos, las principales afectaciones globales las vemos a la distancia, en un noticiero televisivo o por teléfonos inteligentes.
En este filme, observaremos la descomposición de una sociedad en situación límite, desde la perspectiva de una familia luchando por sobrevivir, interpretada por Gerard Butler, Morena Baccarin y Roger Dale Floyd.
El día del fin del mundo es dirigida por Ric Roman Waugh, quien entre otros créditos también es responsable de Agente bajo fuego (Angel has fallen, 2019), también protagonizada por Butler.
Armageddon (1998)
La NASA recluta a un equipo profesional de perforadores petroleros, para entrenarlos y enviarlos en una misión espacial, con la finalidad de detener un asteroide que se dirige a la Tierra.
El filme dirigido por Michael Bay no escatima un ápice en su apuesta por el sensacionalismo visual, que contrasta con su ligereza argumental. Una diversidad de explosiones, de todos los tamaños posibles, están presentes en pantalla de principio a fin, ante un ecléctico y numeroso reparto, encabezado por Bruce Willis y Ben Affleck.
Si bien desdeñada por la crítica, Armageddon se convirtió en la película más taquillera a nivel global de 1998.
Impacto profundo (Deep Impact, 1998)
El mismo año que Armageddon dominó la taquilla mundial, estrenó con mucho menor “impacto” esta película dirigida por Mimi Leder. Ante la similar premisa del cometa encaminado a la Tierra, el guion plantea las vertientes de una misión espacial para tratar de eliminarlo, con la iniciativa de seleccionar a algunos cuantos que podrán sobrevivir en refugios.
Resulta irónico -más no sorpresivo- que este filme con mayor sustento científico y argumental, haya sido opacado por Armageddon. Impacto profundo fue protagonizada por Téa Leoni, Elijah Wood, Robert Duvall y Morgan Freeman, como el Presidente de los Estados Unidos.
Meteoro (Meteor, 1979)
Cuando un cometa golpea el cinturón de asteroides entre Júpiter y Marte, numerosos fragmentos son expulsados con dirección a la Tierra. Poco a poco la destrucción se hace presente en distintos puntos del planeta. Aunque el riesgo de devastación total lo representa el mayor de los meteoros.
En plena Guerra Fría, que en la realidad habría de agravarse en la década de los ochenta, destaca en la ficción de la película la iniciativa conjunta que llevan a cabo la Unión Soviética y los Estados Unidos. En ambos casos, coordinan sus respectivas estaciones espaciales con misiles, que las dos naciones estaban apuntando hacia el otro, para dirigirlos al espacio y acabar con el meteoro.
La película del británico Ronald Neame fue protagonizada por Sean Connery, Natalie Wood, Martin Landau y Henry Fonda.
Cuando los mundos chocan (When worlds collide, 1951)
Un astrónomo descubre que una estrella errante llamada Bellus podría destruir la Tierra. A ocho meses de la aniquilación planetaria, se propone a las Naciones una iniciativa para que una nave espacial pueda salvar a unos cuantos, llevándolos al planeta que circunda Bellus. La propuesta es ridiculizada e ignorada. Pero el proyecto sigue adelante con capital privado.
La película fue producida por George Pal, responsable de ambiciosos filmes con efectos especiales como Destination Moon (1950), La Guerra de los mundos (1953) y La Máquina del Tiempo (1960).
Cuando los mundos chocan se basó en la novela del mismo nombre, escrita por Philip Wylie y Edwin Balmer, publicada originalmente en 1933.