Conoce todo sobre el clímax de esta nueva aventura.
Después de 8 años de espera, Moana al fin está de regreso en una nueva aventura que promete dejar con la boca abierta a más de uno. Con una nueva travesía por cumplir en el océano, más canciones que nunca y un destino a conocer, Moana se volverá a unir junto a Maui en una nueva embarcación hacia lo desconocido. Si ya viste el fin de la cinta, sabes que las ultimas escenas de Moana 2 serán de lo más importante en toda la historia y para la franquicia. Pero ¿no le entendiste o hay cosas que te quedaron sueltas? No te preocupes, aquí te compartimos el final explicado de la secuela de Disney.
Una nueva aventura
Advertencia: A partir de aquí, este texto contiene spoilers de Moana 2, por lo que, si aún no la ves, léelo bajo tu propio riesgo.
Como ya lo sabemos todos, Moana 2 se sitúa 3 años después de la primera película. Viviendo la vida al máximo como la primera navegante de Motonui en muchos años, Moana se encuentra viajando a los alrededores de su isla para encontrar nuevas comunidades y extender el conocimiento sobre lo que los rodea. Y es así que, cuando recibe el título honorario como “navegante”, Moana se pone a los pies de una nueva aventura. Sus ancestros la llaman para advertirle de un terrible futuro que se avecina para ella, su familia y todos los integrantes de su isla, por lo que la princesa del mar deberá de embarcarse en un viaje para encontrar la isla de Motufetu, una tierra ancestral en la que supuestamente vivían más humanos, pero la isla quedó hundida debajo del mar cuando el dios del rayo Nalo realizó una maldición sobre la zona.
Ahora, juntando una nueva embarcación que se compone de Moni, un historiador, Loto, una ingeniera, y Kele, un granjero, Moana zarpa a lo desconocido y espera por reencontrarse con Maui. Y es exactamente que tras el encuentro con la tribu Cocomora, donde un coco se les unió a su cruzada, que Moana vuelve a ver al semidios cambiaforma.
Moana y su tripulación, al igual que Maui, quedaron atrapados por Matangi, una diosa murciélago, en las profundidades del mar. Pero tras convencer a Moana de ir más allá y liberarla de su prisión en el océano, la villana ayuda a la navegante a abrir la puerta de los dioses para que lleguen lo más pronto posible a las aguas cercanas a Motufetu y, así, terminen con la maldición de Nalo ¿cómo? Subiendo la isla nuevamente al borde del agua y con la desembarcación de un humano en dicha tierra.
Moana, Maui y sus amigos llegan a las aguas de Motufetu, pero son recibidos por una horda de gusanos y monstruos gigantes del océano que desean acabar con ellos. Es así que, tras pelear con la nueva amenaza, la tripulación escapa y se pone a salvo en tierra firme, en una pequeña isla cercana a Motufetu. Pero Moana quedó destrozada no solo porque su nave se destrozó en medio de la batalla, sino porque casi perdió a Moni, quien, de no ser por Maui, habría terminado comido por una de las bestias marinas.
Es así que Maui, siendo consciente de la batalla que se les avecina con Nalo y también conociendo a Moana, la ayuda emocionalmente a sentirse mejor y le recuerda lo valiente y fuerte que es en verdad. Por lo que, tras restaurar su barco, Moana y sus amigos vuelven al mar y están listos para enfrentarse a Nalo y salvar Motufetu.
Una batalla sin igual
El plan de la navegante y el semidios es pelear directamente con el dios del rayo a la par que avanzan hacia Motufetu y Maui sube nuevamente la isla a nivel del mar, para que los humanos puedan desembarcar. Sin embargo, la fuerza de Nalo es muy grande y Maui no puede proteger a Moana y sus amigos y, a la vez, subir la isla. Así, la tripulación cambia de estrategia y los humanos se convierten en la presa del villano mientras Maui intenta regresar Motufetu a la superficie.
Todo va saliendo como debería y el semidios cambia formas está por lograr su cometido, mientras Moana y sus amigos distraen a Nalo y escapan de él gracias a unas modificaciones de último minuto que hicieron a su barco. Pero es cuando el dios del rayo se da cuenta del nuevo plan que decide dejar de perseguir a Moana y ataca directamente a Maui con un rayo, borrándole todos sus tatuajes y, sin su báculo, pareciendo dejarlo sin sus poderes de semidios.
El impacto del choque eléctrico también terminó con la embarcación de Moana y, asimismo, Motufetu se hundió nuevamente en las profundidades del océano. Todo parece perdido y Maui se ve inconsciente a lo lejos en el mar. Pero es en ese momento que Moana recuerda lo que le dijo Matangi y decide ir aún más allá encontrando otro camino para desembarcar. Sí, la navegante saltó al agua y nadó hasta abajo en las profundidades donde se encontró Motufetu.
Tras esquivar múltiples rayos de Nalo, Moana logró tocar la isla y acabar con la maldición, sin embargo, en ese mismo instante fue impactada por un golpe eléctrico de Nalo, por lo que quedó inmóvil en lo profundo del agua. Es así que, cuando Maui, ya consciente, se da cuenta de esto y decide ir a rescatar a Moana, pero por más que intenta, la navegante ya no despierta.
Mientras llora por su pérdida, el ex semidios canta una canción de sus ancestros para honrar el sacrificio de Moana, pero esto, más allá de ser un final triste, trae en espíritu a los ancestros de Moana y al último navegante de Motonui, quienes, tras continuar con el canto de Maui, logran traer a Moana de regreso a la vida. En este momento, Moana no sólo despierta, sino que su piel empieza a resplandecer con una fuerte luz amarilla, al igual que su remo, y un par de tatuajes con flechas y direcciones aparecen en su brazo izquierdo. Después de salvar a Moana, el báculo de Maui también regresa del mar y, al poseerlo nuevamente, de la nada, vuelve a recuperar sus tatuajes y poderes de semidiós.
El trasfondo del final
Con todo mundo a salvo y la maldición rota, Maui logra subir la isla con la ayuda de Moana y sus nuevos poderes, por lo que Motufetu regresó a la superficie en todo su esplendor. La isla se expande y, asimismo, se abre un mapa en el que Moana y su tripulación logran ver Motufetu, Motonui y un sinfín de islas más que están alrededor de ellos. Es así que Moana descubre que ya no está sola e, inmediatamente, nuevas embarcaciones llegan desde el horizonte a la isla recién salvada.
Tras aceptar su nuevo destino, Moana, ahora como una semidiosa, regresa con Maui a su hogar y vuelve a reunirse con su hermana menor, Simia. Moana se presenta ante su padre y su pueblo para presentar las nuevas comunidades que conoció en su travesía. Y es así que la paz y armonía vuelve a reinar en el océano con el regreso de los navegantes y las nuevas habilidades de la princesa del mar.
El final nos deja ver cómo es que, después de aceptar su destino, Moana se alza para tener un futuro aún más brillante y aventurero, en el que, probablemente, tendrá nuevas travesías y retos por cumplir junto a Maui.
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