El director de la cinta revela el significado del agua y por qué son estos los animales que protagonizan el relato.
Gracias a su paso por festivales cinematográficos de todo el mundo (incluyendo el de Morelia, en México), Flow se ha convertido en una de las películas animadas más comentadas del año. Su historia, que presenta una inundación apocalíptica y a los animales como sus posibles víctimas, ha hecho que más de uno llore y se sienta profundamente identificado con las desventuras de sus protagonistas. Para tener un mejor contexto del por qué tantos han caído rendidos ante esta película, a continuación te presentamos el final explicado de Flow.
La historia comienza con un gato negro que vive en el bosque e intenta capturar un pescado. Cuando los perros quieren arrebatarle su comida, el gato huye. Mientras los caninos lo persiguen, ve que varios venados corren en sentido contrario. Una gigantesca ola se aproxima y de inmediato cubre de agua todo lo que conocían como hogar. El gato corre para buscar refugio y llega a una casa abandonada, pero que tiene decoraciones de y esculturas de gatos que rápidamente son cubiertas por el agua.
Aunque el protagonista intenta trepar a lo alto de la escultura, sus esfuerzos son inútiles. El agua arrasó con todo, por lo que el gato salta a una pequeña embarcación donde va un capibara. Pasan las horas y, luego de que una ballena los salve del ahogamiento, los animales se encuentran con un pájaro secretario. El capibara invita a un lemur para subir a su embarcación, y esta pronto recibe a un labrador.
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Más adelante se encuentran con una bandada de pájaros secretarios, que buscan atacar a los animales y provocan que el felino huya. El primer secretario que conocimos intenta defenderlo, pero el líder de la bandada lastima una de sus alas, por lo que pierde su habilidad para volar. Entre una ciudad medianamente sumergida, ruinas y formaciones rocosas, Flow nos da a entender que en ese lugar hubo presencia humana, aunque nunca se nos explica que pasó con dicha raza.
La embarcación que inició su recorrido con dos integrantes ahora tiene también a una jauría de perros. Todo se complica cuando una lluvia provoca que los animales choquen contra una formación rocosa. El felino cae e intenta nadar para después subir las rocas, donde se encuentra con el pájaro secretario, que nuevamente puede volar. De pronto, una luz surgida del cielo los succiona, y aunque el gato vuelve al agua, el ave desaparece para siempre.
Para muchos espectadores, esta luz es una metáfora de lo cerca que estuvieron ambos animales de la muerte. Mientras el gato pudo continuar su travesía, el secretario aparentemente murió y dicha secuencia con las luces en el cielo lo representó de manera poética.
Tras la experiencia, el gato descubre que poco a poco, el agua comienza a disminuir. El bote donde iban todos los animales se atoró en la rama de un árbol, pero el capibara sigue dentro y corre peligro de caer al precipicio. Afortunadamente, todos logran salvarlo, y mientras celebran aparece otra estampida de venados. La ballena que en su momento los salvó ahora está a punto de morir, pues quedó varada en el bosque. Mientras tanto, los animales observan su reflejo en un pequeño charco.
Flow, además, tiene una escena postcréditos donde se ve que a la ballena emergiendo del mar. Esto se interpreta como un símbolo de que el agua volvió a inundarlo todo.
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“La película inició con un corto que hice. Un gato aprendía a no tenerle miedo al agua. Había un pájaro también, pero todo era sobre el gato y su miedo. En Flow quise centrarme en la relación de los animales, la película es realmente sobre el miedo que se tienen unos a otros. El agua representa una forma de comunicar esos miedos, una metáfora. Cuando el gato y los otros animales aprenden a trabajar juntos, entonces el agua se vuelve tranquila y pacífica”, reveló Gints Zilbalodis, director de Flow, a The Hollywood Reporter.
La cinta, que se trabajó durante 5 años y medio, con un presupuesto de $3.5 millones de euros, es una coproducción entre Letonia, Francia y Bélgica. Su director afirma que el reto más complicado a la hora de animar la película fue el agua, pues fácilmente corre el riesgo de lucir falsa. Sin embargo, significaba tanto en la película, que dedicaron el tiempo necesario para presentarla de la mejor forma posible. Otro aspecto retador fueron los animales en sí, pues no se trataba de tener cualquier especia. Zilbalodis sabía la química que necesitaba, y por ello hizo una especie de “casting” mental.
“No quería tener este mensaje didáctico de: trabajar juntos es bueno y ser independiente es malo. Quería mostrar lo bueno y lo malo de ambos extremos. Después del gato añadí al perro, tengo dos y los conozco bien. El felino está en un viaje para confiar en los demás y trabajar juntos; el lemur colecciona objetos porque quiere ser aceptado, y lo mismo sucede con el pájaro. El capibara no tiene un arco en sí, es un mentor sabio para todos los personajes, siempre está en paz y feliz con todo”, agregó.
Gracias a sus enseñanzas de trabajo en equipo, aceptar las diferencias de otros y, por supuesto, la calidad de su animación, Flow ha conseguido elogios a nivel mundial.
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