Músico, activista, gran colaborador y, sobre todo, soñador.
La noche de este domingo se reportó la muerte de Quincy Jones, compositor y productor musical que, a lo largo de varias décadas, trabajó con importantes figuras de la industria. Ray Charles, Frank Sinatra, y el icónico Michael Jackson fueron parte de quienes confiaron en su talento.
De acuerdo con información brindada por sus representantes, Jones murió en su hogar de Bel Air, California, rodeado de sus hijos, hermanos y otros miembros de la familia. En un comunicado compartido a CNN, esto se comentó sobre su lamentable partida.
“Esta noche, con el corazón pleno pero roto, debemos compartir la noticia del fallecimiento de nuestro padre y hermano Quincy Jones”, dijo la familia Jones en el comunicado. “Y aunque esta es una pérdida increíble para nuestra familia, celebramos la gran vida que vivió y sabemos que nunca habrá otro como él. Él es verdaderamente único y lo extrañaremos muchísimo; Nos reconforta y nos enorgullece inmensamente saber que el amor y la alegría, la esencia de su ser, fueron compartidos con el mundo a través de todo lo que creó. A través de su música y su amor ilimitado, el corazón de Quincy Jones latirá por la eternidad”.
La muerte de Quincy Jones se dio a sólo días de que esta leyenda musical recibiera un Oscar honorario por parte de la Junta de Gobernadores que conforma la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. A lo largo de su carrera consiguió siete nominaciones a los Premios Oscar, pero destaca 1986 como uno de los mejores años en su carrera. Gracias a El color púrpura, Jones fue nominado en Mejor película (por ser productor de la cinta), Mejor banda sonora y Mejor canción original. En 1995 recibió el Premio Humanitario Jean Hersholt.
En los Premios Tony, que celebran lo mejor de la industria teatral, ganó el galardón a Mejor musical revivido, igualmente por El color púrpura. Obtuvo cuatro nominaciones en los Globos de Oro, y compitió 79 veces por un Grammy. Ganó 28 de ellos, lo que lo convirtió en el segundo máximo ganador en la historia de los premios. En su momento, fue la persona viva más galardonada, título que compartió con Beyoncé.
Quincy Jones nació en Chicago el 14 de marzo de 1933, nieto de una antigua esclava de Louisville y de un inmigrante galés. Su padre se dedicó al béisbol. Con 14 años llegó a Seattle, donde se ganó la vida tocando la trompeta en clubes de soul. Durante los años 50 llegó a Nueva York, donde trabajó igualmente en favor del jazz. A finales de dicha década inició una gira por el Medio Oriente y Sudamérica.
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A su regreso a Nueva York se le nombró vicepresidente de Mercury Records. Ser un hombre afroamericano con dicho puesto llamó la atención de muchos, pues no estaban acostumbrados a algo así. De inmediato colaboró con figuras como Peggy Lee y Tony Bennett. El primer Grammy llegó a sus manos en 1963. Pronto su talento permeó en el séptimo arte y la televisión; compuso la música de títulos como A sangre fría, El prestamista y The Cosby Show.
Gracias a su talento y entrega, era imposible encontrar a una persona que no poseyera discos en los que él trabajó. Sus conexiones en la industria del entretenimiento eran envidiadas por muchos, y es que más de un alto ejecutivo confiaba en su labor. Entre sus logros más grandes se encuentra la grabación de We Are the World, tema que en 1985 se erigió como himno de importantes eventos en pro de la humanidad. De hecho, sus ganancias terminaron como donativos a una campaña humanitaria para intentar acabar con la hambruna en Etiopía.
A Quincy Jones se le señala como uno de los responsables de transformar a Michael Jackson en el “Rey del pop”. Juntos colaboraron en títulos como Billie Jean, Beat It y Thriller, que resuenan con la audiencia aún después de varias décadas.
Como activista, Jones luchó por educar a los niños, alimentar a quien no tuviera acceso a la comida, e inició campañas para concientizar a la población por la expansión del VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y el SIDA. Creía que no era una celebridad por accidente, y que podía utilizar su plataforma y fama hacer eco de aquellas voces que no tenían tanto poder.
“La vida es como un sueño, dijo el poeta y filósofo español Federico García Lorca”, escribió Jones en su libro de memorias. “El mío estaba en Technicolor, con sonido Dolby completo a través de amplificación THX antes de que supieran qué eran estos sistemas”.
Descanse en paz.
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