¡Conoce por qué la película tiene una importante dedicatoria especial!
Historias bélicas hay muchas, y en todos los formatos. Sin embargo, pocas se atreven a narrar los acontecimientos con tanta verdad y exactitud como Tiempo de guerra. Dirigida por Ray Mendoza, quien se unió a Alex Garland (Guerra civil) para escribir y ponerse tras las cámaras, esta película nos sitúa de lleno en la Guerra de Irak. Aunque dicho conflicto se ha abordado en diversas tramas, Tiempo de guerra se inspira en la historia real de su propio director. Hace algunas décadas, este fungió como miembro de la Armada de Estados Unidos y participó directamente en el combate, por lo que quiso llevar sus memorias directo a la pantalla grande.
La sinopsis de la cinta nos indica que seguiremos la experiencia de un pelotón de Navy SEALs estadounidenses. Sus integrantes tienen una misión concreta de vigilancia, pero mientras esta ocurre, también se forjan lazos de hermandad. En cuanto a la misión real, Ray Mendoza formó parte de un equipo de operaciones especiales cuya misión era la captura de un objetivo de alto valor.

Este se encontraba en una zona urbana densamente poblada controlada por insurgentes. Además, debían vigilar el lugar para garantizar el paso seguro de las tropas terrestres al día siguiente. Sin saberlo, las tropas entraron en un edificio de departamentos junto a los insurgentes, y las fuerzas de Al Qaeda lanzaron una granada a través de un agujero de francotirador, hiriendo a uno de los SEALs, Elliott Miller. De hecho, el largometraje está dedicado a él.
Durante el resto de la misión, el equipo de Mendoza se vio envuelto en un intenso enfrentamiento armado. Lo que inicialmente se planeó como una operación rápida y quirúrgica se convirtió en una lucha por la supervivencia. Todos quedaron aislados, sufriendo bajas y con recursos limitados, mientras intentaban abrirse paso a través de un entorno urbano complejo y hostil. La película busca recrear esa sensación de inmediatez y tensión constante. Cada decisión y cada movimiento podían significar la diferencia entre la vida y la muerte.
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Trágicamente, la vida de Elliott Miller cambió para siempre. Sobrevivió al ataque, pero sufrió pérdida de memoria, así que no recuerda una sola cosa de las ocurridas durante la guerra. También sufrió la amputación de una pierna y la pérdida del habla. Actualmente utiliza una silla de ruedas y un programa especial para convertir textos en grabaciones de voz. Con el paso de los años ha contactado a los compañeros con los que sirvió para recibir un poco de orientación. Tiempo de guerra, según Mendoza, es una reconstrucción de los hechos para honrar a sus compañeros y ayudar a Miller en su proceso de recordar.

“La Marina y sus veteranos no dedican mucho tiempo a organizar todas esas misiones y a crear una historia lineal. Para alguien que no tiene esa memoria, puede ser un poco frustrante, pero hacer una película podría ser un medio visual para ayudar a Miller”, reveló Mendoza a People.
La decisión de Mendoza respecto a codirigir y coescribir la película surgió, además, por ese deseo de ofrecer una perspectiva auténtica y cruda de lo que vivieron él y sus compañeros. Quería evitar las representaciones hollywoodenses, frecuentemente idealizadas de la guerra, y mostrar la brutalidad, la confusión y el costo humano real del conflicto. Años después de la Guerra de Irak, Mendoza comenzó a trabajar como doble de acción en Hollywood y consultor para algunas películas. Fue así que llegó al set de Guerra civil, donde se convirtió en amigo de Alex Garland y ambos juntaron sus talentos para este proyecto. Tiempo de guerra intenta replicar, en tiempo real, la misión que cambió tantas vidas.
Sin música compuesta para la película, pero con un diseño de sonido espectacular, filmación en orden cronológico y diálogos que nos hacen sentir parte de la batalla, Tiempo de guerra ha recibido estupendas críticas. Se aplaude la realización, pero también el mensaje que se desenvuelve en los últimos minutos. Es ahí cuando entendemos que la sociedad también debe hacer algo por quienes apuestan su vida en la guerra.

“Las tomas largas nos permitieron explorar espacios donde la gente hace cosas simultáneamente; pudimos captar detalles realistas que no se pueden prever en un guion. Los actores grababan tomas de 12 minutos una tras otra, y terminaban bostezando, flexionando los músculos o rascándose la nuca”, relató Alex Garland.
Tiempo de guerra, protagonizada por Joseph Quinn, Charles Melton, D’Pharaoh Woon-A-Tai (quien interpreta a Ray Mendoza), Will Poulter, Cosmo Jarvis y Kit Connor, ya se encuentra disponible en las salas de Cinépolis.
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