Estas son las razones por las que no te puedes perder lo nuevo del cine de monstruos.
El cine de monstruos tiene un nuevo exponente en Sting: Araña asesina, película que se meterá bajo tu piel y que, además, es un regreso a los sustos más puros y, ¿por qué no decirlo?, divertidos. Si quieres enfrentarte a tus miedos más primitivos, este relato fílmico es para ti.
A continuación, te decimos cuáles son las razones para ver Sting: Araña asesina en las pantallas de Cinépolis.
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La vibra de película clásica
Una de las principales razones para ver Sting: Araña asesina es la forma en que la película crea atmósferas y situaciones que son muy similares a las que se pueden encontrar en varias propuestas de horror ochenteras. Esto no quiere decir que las copie completamente, sino que más bien funciona a manera de homenaje. Lo que sucede es que la historia sigue a Charlotte (Alyla Browne), una niña que, en secreto, comienza a cuidar a una pequeña araña que va creciendo hasta que se convierte en una amenaza de gran tamaño que aterroriza a toda su familia. Ahí están todos los elementos reconocibles, desde la protagonista infantil/preadolescente que dará origen a la amenaza y luego deberá detenerla, hasta la sensación de asombro característica de muchos de estos largometrajes.
Efectos prácticos
Para crear al insecto titular, la producción optó por usar efectos prácticos. Es decir, un animatronic que le diera el realismo necesario a las escenas en las que los personajes eran aterrorizados por la araña, sus movimientos rápidos, sus patas puntiagudas y, claro está, sus secreciones viscosas. Para lograrlo, el director, Kiah Roache-Turner, recurrió a Richard Taylor, fundador de Wētā Workshop, empresa de efectos especiales ganadora de 5 premios Oscar, y responsable de este rubro en películas como Mad Max: Furia en el camino y la trilogía de El Señor de los Anillos. Los resultados son impresionantes.
Una buena dosis de humor
Aunque se trata de una cinta de horror que sigue el molde de las mejores creature features, también se incluyen momentos pensados para hacernos liberar un poco la tensión. ¿Cómo? Riendo. Y es que varios de los personajes que aparecen en el largometraje, como Frank, el exterminador, interpretado por el comediante Jermaine Fowler, y Erik, el vecino amante de los insectos, a quien da vida Danny Kim, tienen diálogos y momentos bastante alivianados y divertidos en medio de este festín de suspenso.
Ritmo implacable
Otra de las razones para ver Sting: Araña asesina. Con una cinta como esta, nuestro corazón ya late a 1000km/h tan sólo por estar a la expectativa de qué es lo que le ocurrirá a la siguiente víctima de la amenaza. Pero aquí, nuestra atención no nada más se mantiene por el horror, sino por la trepidante edición, a cargo de Luke Doolan y el propio director. La adrenalina corre en todo momento por nuestras venas y esta se convierte en una experiencia que nos llena de energía. Correr, gritar y aplaudir, serán todas opciones que pasarán por nuestra mente.
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