Además, el director comenta si hay planes a futuro con esta cinta.
Si alguna vez han temido a las arañas, entonces Sting: Araña asesina, del director australiano Kiah Roache-Turner será una de las películas más retadoras que vean. Ambientada durante una tormenta de nieve, la cinta nos cuenta cómo una niña llamada Charlotte adopta una araña como mascota. Lo más extraño no es precisamente su elección, sino que la criatura poco a poco adquiere dimensiones inesperadas. Entre sangre, suspenso y ligeros toques de comedia, hay mucho que discutir sobre Sting: Araña asesina, y por ello, aquí te presentamos el final explicado.
Charlotte, de 12 años, vive en el departamento de un edificio junto a Heather (su madre), Ethan (su padrastro) y Liam (su pequeño medio hermano). La relación entre todos es cordial, pero desde el principio nos queda claro que no hay una gran convivencia. Un día, del cielo cae un extraño objeto brillante, y de este se desprende una araña. El objeto impacta en el edificio y Charlotte lo descubre poco tiempo después, por lo que decide quedarse con la araña.
Con el paso de los días, extraños sucesos comienzan a sembrar el pánico en el edificio. Hay rudios en los sistemas de aire acondicionado, algunas mascotas de los vecinos son encontradas muertas, e incluso hay decesos humanos. Al mismo tiempo, la araña adquiere un tamaño intrigante y demuestra tener un hambre feroz.
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La relación entre Ethan, Heather y Charlotte se vuelve más tensa cuando el primero revela que el padre biológico de la niña no se fue a vivir a otro país. En realidad, vive muy cerca y simplemente no siente interés alguno por su hija. Días después, Ethan (quien también administra el edificio y debe responder por los extraños acontecimientos) sufre una crisis emocional y termina golpeando la televisión de su hogar. Un nuevo conflicto comienza, y Charlotte se encierra en una habitación con el más pequeño de la familia.
Al mismo tiempo se revela que Sting es ahora una araña gigante y ataca a los padres de Charlotte, quien no escucha nada y descubre los hechos minutos después. Armada con bolitas de naftalina (un eficaz repelente para las arañas) y una pistola de agua, la niña se dispone a terminar con la criatura, que tiene atrapados a varios residentes del edificio.
Tras una breve batalla, Sting acorrala a la familia protagonista en el sótano del edificio. Pero justo cuando se dispone a acabar con ella, Ethan logra deshacerla (literalmente) con un dispositivo para comprimir la basura. Los cuatro se muestran felices por su logro, pero jamás se dieron cuenta de un pequeño detalle. Sting dejó huevos, y uno de ellos está por liberar a la primera de sus crías.
En entrevista para RadioTimes, el director de la cinta fue cuestionado sobre la posibilidad de una secuela. La trama ya dejó en claro que hay enemigos, y de sobra, para poner en aprietos a la familia, pero, ¿qué planea el realizador de Sting: Araña asesina?
“Ah, ¿estás bromeando? Cada vez que hago una película, se me ocurre una secuela. Ya sabes, de hecho ya escribí el tratamiento. Podría escribir la secuela de Sting en una semana. Se llama Hijos de Sting. Sé exactamente lo que pasa. Lo tengo todo planeado. Richard Taylor (del equipo de efectos visuales) tiene a la criatura sentada en un cajón superior del taller de Weta (la empresa que diseñó a Sting). Y si podemos convencer a alguien de que nos dé un par de millones de dólares, haremos la secuela. Y ya sabes, sacaremos a la criatura y lo haremos todo de nuevo. ¡Ciertamente espero que eso suceda!”, reveló.
¿Satisfechos con el final de la película? ¿Esperan con ansias la secuela o creen que con un ataque de Sting fue suficiente?
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