El destino cruzó los deportes y el guionismo. Nadie sabía el talento que estaba por desarrollarse.
Desde sus inicios en el cine indie, hasta los grandes proyectos que Marvel ha confiado en él, Ryan Coogler se ha posicionado como un director al que siempre vale la pena escuchar.
Ryan Kyle Coogler nació el 23 de mayo de 1986 en Oakland, California. Como hijo de Jocelyn (organizadora comunitaria) y Ira Coogler (consejero en un centro para detención de menores), Ryan creció en un entorno familiar que fomentó su creatividad y, al mismo tiempo, su pasión por contar historias. Desde joven mostró un gran interés por el deporte, especialmente el fútbol americano, pero también sentía una fuerte atracción por el cine y las narrativas.
A los ocho años, su familia se mudó de Oakland a Richmond, California, donde se adentró aún más en los deportes e incluso asistió a una escuela católica privada. Aunque era bueno con las matemáticas y las ciencias exactas, no se veía dedicando su vida a ello. En algún momento, los jugadores de fútbol alentados para tomar un curso de escritura creativa. Los profesores de Coogler se encontraron con un gran talento para el desarrollo de ideas, y le recomendaron estudiar guionismo en el futuro. Lejos estaban de imaginar en qué tipo de cineasta se convertiría.
En 2004, Ryan se ganó una beca en Sacramento California, donde siguió practicando fútbol y, además, estuduió finanzas. Posteriormente, fue aceptado en un programa sumamente competitivo del USC School of Cinematic Arts, donde desarrolló algunos cortometrajes. Tres de ellos fueron nominados para decenas de premios, e incluso ganaron algunos cuantos.
El primer largometraje de Coogler, Fruitvale Station, se estrenó en el Festival de Cine de Sundance en 2013 y causó sensación. La película narra las últimas 24 horas de la vida de Oscar Grant, un joven afroamericano que fue asesinado por un oficial de policía en una estación de tren de BART en Oakland en 2009.
Fruitvale Station recibió elogios de la crítica por su dirección sensible, sus actuaciones conmovedoras y su poderosa representación de la injusticia racial. La película ganó el Gran Premio del Jurado y el Premio del Público en Sundance, y Coogler fue reconocido como un nuevo talento prometedor en el cine estadounidense.
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Luego de este éxito crítico dirigió Creed, una secuela de la saga Rocky, pero centrada en Adonis Creed, el hijo de Apollo Creed. La película fue un éxito de taquilla y crítica, y consolidó la reputación de Coogler como un cineasta que podía abordar grandes proyectos sin perder la esencia que lo dio a conocer. Creed destacó por sus escenas de boxeo, su elenco diverso y el enfoque en temas de identidad y legado.
Poco tiempo después llegaría su prueba de fuego: Pantera Negra. No se trataba de cualquier personaje, sino del primer superhéroe negro en la historia de los cómics. Su llegada a la pantalla grande era todo un evento, y por ello, ser considerado como director fue algo que emocionó muchísimo a Coogler. Con 29 años, se convirtió en el director más joven en la historia del MCU.
“Cuando descubrí los cómics y los superhéroes, recuerdo que me enamoré de los X-Men la primera vez que vi a Bishop. Pensé: ‘Dios mío, ¿hay un X-Men negro?’. Luego me enteré de que Stan Lee había hablado de cómo Malcolm X y Martin Luther King fueron algunas de sus inspiraciones para Magneto y el Profesor X. Así que pensé: ‘¡Dios mío, mi cultura está influyendo en esto!’”.
Coogler solía ir a una tienda de cómics en específico, y ahí preguntó si tenían un cómic con alguien que se pareciera a él. El encargado del negocio le entregó un cómic de Pantera Negra, y cambió su vida. De hecho, el día que consiguió el trabajo como director de la película, replicó una de las visitas que hizo en su infancia.
“El día que acepté el trabajo fue una experiencia extracorporal. Ella me dijo: ‘Vamos a esa misma tienda de la que me hablaste. Está en Piedmont Avenue’. Entramos y compré los dos cómics de Pantera Negra que pude encontrar. Le dije: ‘Tienes que sacarme una foto’. Y se la envié a Kevin (Feige, presidente de Marvel Studios)”, reveló a Entertainment Weekly.
La película fue un fenómeno de taquilla, recaudando más de 1,300 millones de dólares en todo el mundo. También recibió elogios de la crítica por su dirección visionaria, sus efectos visuales innovadores y la increíble banda sonora. En cuanto a la reacción del público, este aclamó su representación de la cultura africana, su elenco predominantemente negro y el mensaje de empoderamiento y justicia social. Se convirtió en la primera producción del MCU, y del cine de superhéroes en general, nominada al Oscar como Mejor película.
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En los años posteriores produjo algunas películas importantes, como Judas y el mesías negro, que le dio su primera nominación al Oscar (como productor). Tras el fallecimiento de Chadwick Boseman (en 2020), el actor que interpretó a T’Challa/Black Panther, Coogler regresó para dirigir Pantera Negra: Wakanda por siempre. La película honra el legado de Boseman y explora el duelo y la resiliencia de los personajes de Wakanda. La franquicia Creed, que él ayudó a lanzar, continuó, y él se posicionó como uno de los productores.
El cine de Ryan Coogler se caracteriza por su enfoque en temas sociales relevantes, su representación auténtica de la cultura afroamericana y su habilidad para crear personajes complejos y memorables. También se le conoce por su estilo de dirección, muy innovador, y la colaboración cercana con sus actores. Sus películas se distinguen por actuaciones emotivas, escenas de acción dinámicas (cuando así lo requieren), y un gran uso de la música y la fotografía. La revista TIME lo incluyó en su listado de “Persona del año” 2018, y ahí, Coogler enfatizó en lo que busca con su cine.
“Cuando haces una gran película, algunas personas tienen la errónea idea de que te estás vendiendo. Pero siempre he querido hacer películas para la gente. No estoy en las oficinas de los ejecutivos con la suficiente regularidad como para poder decir si la conversación (respecto a la comunidad negra) ha cambiado. Y cuando estoy en ellas, no van a hablar de eso porque estoy allí”, afirmó.
Este 2025, Ryan Coogler, que sólo dirige las películas escritas por él mismo, regresa a las pantallas con Pecadores. En dicha apuesta, que mezcla horror, western y toques de acción, vemos a un par de hermanos que regresan a su pueblo natal. Intentan dejar atrás algunos problemas, pero lo que les espera es un mal aún peor de lo que podrían imaginar. La película se filmó con una tecnología novedosa, que involucra imágenes totalmente panorámicas con escenas en formato IMAX.
“Es mi carta de amor a la experiencia cinematográfica, de ver una película emocionante en una sala repleta de desconocidos, sin saber qué va a pasar a continuación. Hay tantas películas increíbles que me han dado esa sensación, que quería intentar devolverla al público”, afirmó (vía).
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Pecadores es, también, su proyecto más personal hasta la fecha, Se desarrolla en las tierras de Mississippi a lo largo de un día. El contexto son los últimos años de la Ley Volstead, que definió la llamada Ley seca en Estados Unidos. Durante esta, era ilegal la producción, venta y posesión de alcohol.
“Con esta película, tuve la oportunidad de profundizar en mi propia historia ancestral aquí en los Estados Unidos. Queríamos que la gente experimentara el mundo del que mis abuelos eran parte. Hay muchas cosas de las que quizás nos avergüence hablar. Pude hablar con mi abuela, que tiene casi cien años, e investigar mucho. Fue emocionante dar vida a esa época con el formato de celuloide que existía en ese momento y los avances tecnológicos que puede ofrecer IMAX. Es una combinación perfecta”, añadió.
Con su trabajo, Ryan Coogler se ha convertido en uno de los directores más influyentes de su generación. Su visión y pluma le han abierto nuevas puertas para los cineastas afroamericanos y ha demostrado el poder del cine para generar conversaciones importantes sobre la raza, la cultura y la justicia social. Si bien, el cine no era lo que tenía en mente cuando era un niño, pronto descubrió que podía reflejar lo mejor de su cultura y dejar una huella imborrable en la pantalla grande.
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