Los responsables de la película no contaron con un pequeño gran detalle.
En 2016, Rogue One: Una historia de Star Wars se convirtió en todo un éxito. Hasta la fecha, muchos fans la consideran entre las mejores películas de la saga. Hubo acción, grandes personajes, y hasta la aparición de Darth Vader. Pero si un elemento de Rogue One llamó la atención, fue el cameo de Grand Moff Tarkin. Peter Cushing, actor que lo interpretó en la primera trilogía, murió en 1994, y el que Disney lo haya usado dio pie a una demanda importante para la compañía.
De acuerdo con The Times, un amigo de Cushing indicó que Disney no tenía permiso alguno para recrear el rostro del actor. Esto se logró por medio de efectos visuales. Un gran equipo de profesionales “reconstruyó” su cara y la puso en el cuerpo de otro actor. El resultado, aunque ligeramente llamativo, fue bien recibido por críticos y amantes de Star Wars. Tristemente, las personas cercanas a Cushing no opinaron lo mismo.
Por más que Disney intentó eliminar la demanda, sus esfuerzos fueron en vano. El último intento por evitar la demanda se cerró el 9 de septiembre. Kevin Francis, a través de su compañía cinematográfica, Tyburn Film Productions, presentó demandas hacia Lucasfilm, Disney, Lunak Heavy Industries (que produjo Rogue One), los albaceas del patrimonio de Cushing y su agencia, Associated International Management.
- Te puede interesar: ¿Cuál es el orden cronológico de las películas de Star Wars?
De acuerdo con Francis, él debe autorizar cualquier recreación del rostro del actor, y todo lo que se quiera hacer con este para contenidos audiovisuales. Peter Cushing llegó a un acuerdo con él en 1993, sólo un año antes de su muerte, en el cual cedió los derechos para ese tipo de decisiones. Lucasfilm aseguró que no creía necesitar permiso para recrear a Cushing considerando que tenía un contrato para la película que inició la saga. De igual manera, los efectos visuales fueron señalados como un motivo para no dar aviso. Se supo, además, que Lucasfilm pagó $37 mil dólares a quienes protegen el patrimonio del fallecido.
“No estoy convencido de que el caso sea indiscutible según el estándar requerido para conceder un juicio sumario o para tacharlo. En un área de derecho en desarrollo es muy difícil decidir dónde podrían estar los límites en la ausencia de una investigación fáctica completa”, señaló el juez adjunto del Tribunal Superior, Tom Mitcheson, al confirmar que el caso debería ir a juicio. Por ahora, todos los involucrados se encuentran en espera de la siguiente etapa.
Irónicamente, la muerte de James Earl Jones, quien prestó su voz al icónico Darth Vader, evidenció que el actor tomó medidas para evitar un problema similar. Cuando grabó unas cuantas líneas para El ascenso de Skywalker, accedió a que una inteligencia artificial pudiera replicar su voz para futuros proyectos de la saga galáctica. Lucasfilm acudió con una compañía ucraniana llamada Respeecher, que usó interpretaciones previas para mantener viva la voz del villano más grande en Star Wars.
En 2023, el Sindicato de Actores de Hollywood inició una huelga para exigir mejores condiciones laborales. Una de las principales peticiones era que los estudios no hicieran un mal uso de sus registros vocales y de actuación, como replicas no autorizadas en inteligencia artificial. Llama la atención que James Earl Jones sí diera permiso. Además, llegó a un acuerdo con Disney, que ahora puede usar su voz para cualquier proyecto que le interese. Sin embargo, surge una duda: ¿cómo reaccionará la audiencia ante una voz a todas luces editada? ¿generará el mismo impacto que en producciones anteriores?
Descarga la app de Cinépolis y consulta la cartelera, horarios, estrenos, preventas y promociones que tenemos para ti.
