Stephen King es un auténtico maestro del terror literario y cuyas perturbadoras historias nos han guiado por toda clase de pesadillas. Todas son completamente diferentes, pero comparten un punto en común: una complejidad extrema que las hace virtualmente inadaptables y que nos permite comprender su controvertida recepción entre los aficionados. A continuación algunos de los numerosos ejemplos:
Eso (It, 1990)
Eso ha sido ubicada entre las obras maestras de Stephen King, ¿pero por qué es tan difícil adaptarla? Aquellos que han leído esta novela sabrán que la historia va más allá de un escalofriante villano, que lejos de un simple payaso, es una auténtica encarnación de la maldad pura. Con la maestría que lo caracteriza, King fusiona un mundo integrado por horrores reales y uno fantástico que nos conduce hasta los orígenes de la trama: el ente Pennywise, surgido desde tiempos inmemoriales, con la capacidad de encarnar las peores pesadillas y que resurge cada 30 años para alimentarse de todo aquel que se cruce en su camino; por el otro lado tenemos una entidad contraria, encarnada en una tortuga que representa el bien en el universo. Sobra decir que estas visiones funcionan en el impreso, pero se tornan sumamente complicadas para cualquier adaptación. Pronto descubriremos si Andrés Muschietti encontró la forma de resolver el problema.
El Misterio de Salem’s Lot (Salem’s Lot, 1979)
Quizá no tenga la fama que otras historias de Stephen King, pero nadie puede negar que se encuentra entre sus obras más escalofriantes. A simple vista podría parecer una simple historia de vampiros, pero el autor nos conduce por las vivencias de un pueblo entero aquejado por una sangrienta amenaza ancestral. La médula ósea de Salem’s Lot no son los colmillos, sino la maldad que puede transformar a un ser querido en una criatura de esencia podrida, capaz de los actos más perversos para prolongar vida. Y la fe, que va más allá de los objetos materiales para convertirse en un arma interna de cada persona.
El Resplandor (El Resplandor, 1980)
Muchos la consideran como la mejor adaptación a la obra de Stephen King, ¿entonces cómo explicar el desprecio del autor? La película es muy fiel al libro, pero nunca refleja el fondo del mismo. El autor aprovecha a sus personajes –especialmente Jack y Danny Torrance– para explorar la maldad que deambula por los pasillos del Hotel Overlook. Los personajes lo perciben, lo ven, incluso lo viven, pero son conscientes de que los horrores van más allá de simples fantasmas, y es que el inmueble maldito es el verdadero protagonista de esta historia. La maldad reside en ese terreno, todo transpira perversión, desde la vegetación hasta el aire que se respira. A diferencia de lo mostrado por Stanley Kubrick, el incomprendido Jack Torrance no se volvió loco de soledad o claustrofobia, sino que fue poseído por la tiranía del lugar.
Apocalipsis (The Stand, 1994)
Aclamado como el mejor libro del autor, pero también como el más complejo en su vasta obra. En esencia trata de un mundo post apocalíptico donde la humanidad ha sido casi exterminada después de que una pandemia de influenza modificada biológicamente destruyera casi todo. Sin embargo, quedan muy pocas personas que por alguna razón sobrevivieron. Y es aquí donde inician las adversidades: el autor hace uso de herramientas como las visiones, profecías, poderes, explora las vivencias de más de 20 personajes principales y nos adentra en problemas que van más allá de la instauración de un nuevo orden mundial. A esto agregamos que tiene relación directa con La Torre Oscura a través de su villano central.
La Torre Oscura (The Dark Tower, 2017)
Un libro resultó insuficiente para contener la gran obra maestra de Stephen King, quien finalmente requirió de siete títulos para guiarnos por las complejas aventuras del Pistolero, último vigilante de su eterna dinastía y con el firme objetivo de proteger la estructura titular de una amenaza ancestral. No suena tan complejo, pero las adversidades inician cuando recordamos que el texto nos conduce por universos alternativos. Su adaptación parecía imposible, al grado que maestros como J.J. Abrams y Ron Howard fracasaron en sus respectivos esfuerzos. Ahora toca ver si Nicolaj Arcel, aficionado confeso del texto, logró hacerle justicia con el apoyo de Idris Elba y Matthew McConaughey.
