Una gran amiga en aquellos tiempos expresa su sentir por no despedirse de ella.
A semanas de su inesperada partida, la infancia de Michelle Trachtenberg fue expuesta por Mara Wilson (protagonista de Matilda). Muchos fans no estaban preparados para lo que fue revelado.
El pasado 26 de febrero, la madre de Michelle Trachtenberg encontró el cadáver de su hija en su departamento de Nueva York. Con apenas 39 años de edad, la actriz partió de este mundo en circunstancias que sorprendieron a muchos. Si bien, los padres de Michelle declinaron la posibilidad de una autopsia por motivos religiosos, se supo que un año antes se había sometido a un trasplante de hígado, lo cual pudo dejar algunas complicaciones.
Con producciones como Gritos en la oscuridad, 17 otra vez, Gossip Girl y, por supuesto, Buffy la cazavampiros, Trachtenberg fue una de las intérpretes más destacadas en su generación. Sus fans se mostraron dolidos tras la noticia del fallecimiento; no obstante, llegar a ese punto de admiración y amor fue más complicado de lo que parece.
En un ensayo publicado por Vulture, Mara Wilson habló sobre su amistad con Trachtenberg y todas las aventuras (buenas y malas) que marcaron sus años juntas. Ambas se conocieron porque acudían a la misma secundaria en California. No sólo compartían salones, sino también anécdotas sobre su desempeño como actrices. En 1996, Matilda y Harriet la espía las lanzaron a la fama, algo que muchos compañeros no entendían.
“Estaba nerviosa por conocerla. Era la estrella de Harriet la espía, la película de la que hablaba todo el colegio, el personaje que espiaba a todos y se enteraba de todos los asuntos del barrio. Para mi sorpresa y alegría, quería seguir hablándome. Me di cuenta de que no sólo era amable, sino también extraordinariamente inteligente. Sin embargo, se las arreglaba para no ser condescendiente ni intentar impresionar con palabras rimbombantes, como otros niños (incluyéndome a mí) podrían haber hecho”.
Wilson recuerda que si algo se comentaba sobre su compañera, eran sus malas actitudes. Decían que “era mala, llena de sí misma, una perr* total”. Por ello la defendió ante los malos comentarios, asegurando que se trataba de una chica realmente agradable. Como ya la conocía, era más fácil “defenderla” de todos quienes la atacaran. Pocos meses antes de que se graduaran, Michelle le preguntó a la recordada “Matilda” si sus compañeros también eran malos con ella.
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“Lo son conmigo. Me llaman Harriet la perr*, Harriet la espía perr*… y muchas cosas peores. Nunca se detienen”, le dijo. “Nunca antes había visto a Michelle llorar. Nunca la había visto de otra forma que no fuera perfectamente serena y segura de sí misma. Eso fue lo que pasó, me di cuenta. Por eso dijeron que era ‘mala’. Porque primero fueron malos con ella, y luego, cuando se defendió, la insultaron”, escribió Wilson.
En su opinión, un gran problema de los niños actores es que se espera que hagan felices a todos. Hace un par de años, Mara también comentó que, durante estos años, sufrió de acercamientos innecesarios y recibir cartas con contenido ofensivo. También se buscó en internet, y los resultados la alarmaron. Tras compartir momentos en la escuela, ambas perdieron contacto. Sin embargo, la estrella de Matilda quedó marcada por la experiencia y optó por defenderla siempre que se presentara la oportunidad.
Gossip Girl puso a Michelle Trachtenberg nuevamente en el radar. Ahí dio vida a Georgina Sparks, conocida por su naturaleza manipuladora, habilidad para causar caos y tendencia a aparecer repentinamente para agitar la vida de los personajes principales. El personaje, de corte antagónico, llamó mucho la atención e hizo que muchos vieran a la actriz como si tuviera la misma escala de valores. Wilson también recuerda que, en aquella época, un conocido mencionó: “Simplemente tiene que ser una perr* en la vida real”. Evidentemente, la defendió una vez más.
Luego de los trágicos hechos, Mara afirma que se sintió ligeramente culpable de no hablar una vez más con ella. Compartieron grandes momentos de crecimiento, lo cual derivó en el siguiente pensamiento:
“El mes pasado, cuando me enteré de la muerte de Michelle, estaba haciendo las maletas para un viaje de trabajo. Miré el teléfono y sentí un nudo en el estómago. Me temblaban las manos y las rodillas; pensé que me iba a desmayar. Me senté en una silla y empecé a sollozar. Esto no debería haber pasado. Era demasiado joven. Había trabajado demasiado. Siempre pensé que tendría la oportunidad de volver a verla, de decirle cuánto la había admirado. De contarle que los momentos que pasamos juntos de niños fueron de los mejores de mi vida”, finalizó.
Ante la renuencia para hacer una autopsia, la causa de muerte de Michelle Trachtenberg se colocó como “indeterminada”.
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