A propósito del estreno en México de El jardín de las palabras, revisamos la vida y las películas de Makoto Shinkai.
El primer amor suele ser el más impactante. Ese amor adolescente, inocente, capaz de llevarnos a las nubes o de hundirnos en la desdicha más profunda. De ese tipo de amor nos habla Makoto Shinkai en sus películas.
Con siete largometrajes en su haber, el japonés de 51 años oriundo de Nagano ha tenido una evolución constante. Además, una popularidad que se disparó tras el estreno de Tu nombre, largometraje que se convirtió en la tercera cinta más vista de Japón. A menudo se le compara con Hayao Miyazaki. Aunque, a diferencia del octogenario director (cuyas protagonistas poseen una valentía innata), Shankai centra sus narrativas en romances juveniles. Eso sí, abarcando una gran variedad de estilos y subgéneros.
Para quien no se han clavado en la obra de este artista, hay que decir que sus películas ofrecen una experiencia similar, pues hay motivos constantes a lo largo de ellas. En la mayoría veremos un romance separado por la distancia, personas que se encuentran en trenes, paisajes preciosos y detallados, eventos climáticos que marcan el andar de los personajes. Estos, a menudo dialogan mediante la conciencia con el espectador, consigo mismos y entre sí.
El camino de Makoto
¿De dónde viene la fascinación de Makoto Shankai por este tipo de historias? Aunado a su historia de vida, tal vez mucho se lo debe a su formación como escritor. Shankai estudió Literatura en la Universidad Chubu, y aunque su camino a la animación se abrió a través de la industria del videojuego, en cada una de sus creaciones se percibe la visión de un autor.
En su primer cortometraje, Ella y su gato (1999) –en el cual un felino nos narra, enamorado, la rutina de su dueña–, Shankai se ocupó de prácticamente todo: guion, dibujo, animación, edición, doblaje. El corto se distribuyó en convenciones mediante CD’s quemados por él mismo. En esta obra, ya están presentes varios de los temas que desarrollaría después.
Apenas dos años después, Makoto da un salto enorme en la calidad de su trabajo y decide dedicarse de lleno a la animación con Voces de la estrella distante (2002), mediometraje en el que, además de un clásico romance juvenil, incorpora su interés por la ciencia ficción además de sus distintivos fondos preciosistas. Una fama de voz en voz se acrecenta y le abre las puertas hacia su primer largometraje: El lugar que nos prometieron (2004), una ambiciosa obra donde revisa los temas previamente planteados, aunque no deja de percibirse como un embrión de lo que vendría después.
Una visión personal
Entre su filmografía, 5 centímetros por segundo (2007) y El jardín de las palabras (2013) se cuecen aparte. Ambas tienen un estilo más íntimo, experimental y adulto (a pesar de contar con protagonistas jóvenes). En la primera explora la relación a distancia entre dos amigos de la infancia mediante una estructura poco convencional. La segunda narra el enamoramiento de un adolescente por una extraña con la que se encuentra en un jardín. Los protagonistas de estas cintas son emoción pura, el realismo se impone y la voz en off es la norma.
En medio, lanzó Viaje a Agartha (2013), con la que volviío a dar un enorme salto de calidad (ya con equipo y prestigio de respaldo). Aquí sí ganó a pulso las comparaciones con Miyazaki al insertar elementos muy propios de Estudio Ghibli (una protagonista curiosa, su gato acompañante, la revelación de un mundo fantástico). Fue la cinta que lo estableció como un cineasta capaz de conjugar su visión personal con el éxito comercial.
Y bueno, no estaríamos hablando de Makoto Shinkai sin la existencia de Tu nombre (2016), un parteaguas en su carrera y en la animación japonesa. La cinta cuenta, de una forma envolvente y divertida, el cambio de cuerpo entre un chico y una chica. La distancia que pone Makoto entre sus enamorados esta vez también atraviesa el tiempo y la magia. Además, incorpora distintos estilos animados y se permite ser cómico sin perder el foco en la intensidad emocional de la historia. También es el inicio de su trilogía de desastres, en la que un evento climático afecta la vida de sus personajes, lo cual le permite empujar la animación al límite. Sobra decir que la película fue un éxito abrumador, un fenómeno global y a día de hoy se le considera un clásico del anime.
Un artista consolidado
Sus dos obras más recientes, El tiempo contigo (2019) y Suzume (2022) muestran a Shinkai ya consolidado como un gran creador. Si bien mantiene los temas que siempre lo han acompañado, sus herramientas como animador y narrador cada vez son más variadas y potentes. En esta fase, cada elemento en la pantalla es un deleite visual. Desde las condiciones climáticas que adquieren las formas más imposibles y perfectas (el cielo, la tierra, la lluvia), hasta los elementos de la vida cotidiana (la comida, los departamentos, los gatos), todo en la obra de Makoto Shinkai está vivo.
Como él mismo lo menciona: “hago películas par adolescentes como el que alguna vez fui”. Lo cierto es que el animador y el escritor han llegado muy lejos al darle voz a ese adolescente interno.
Descarga la app de Cinépolis y consulta la cartelera, horarios, estrenos, preventas y promociones que tenemos para ti.
