Ambas sagas le permitieron corregir un error de su pasado.
Cuando hablamos de grandes actores en la industria, uno de los nombres que sale a relucir es el de Gary Oldman. El intérprete, con más de 44 años de trayectoria, ha conseguido decenas de nominaciones por su gran trabajo en diversas películas, pero no todo ha sido miel sobre hojuelas a pesar del enorme talento que posee. Hubo un tiempo en que Gary Oldman pasaba por un muy mal momento, pero sus personajes en dos franquicias importantes (Harry Potter y Batman) le cambiaron la vida y hoy se muestra muy agradecido.
Durante su paso por The Drew Barrymore Show, el ganador del Oscar por Las horas más oscuras dio una interesante perspectiva sobre el inicio de su carrera. Aunque su capacidad actoral se hizo notar desde los primeros trabajos que hizo, fue complicado llegar a la “cima”. E incluso cuando llevaba más de 20 años de carrera, nada estaba seguro.
“Rechacé un montón de trabajo”, mencionó el actor. “Gracias a Dios por Harry Potter. Gracias a Dios por Harry Potter. Y te lo digo, Batman y Harry Potter, en serio, me salvaron, porque significaron que podría, que podría hacer la mínima cantidad de trabajo por la mayor cantidad de dinero. Y después estaría en casa con mis hijos”.
Gary Oldman dio vida a Sirius Black en cuatro películas de Harry Potter: El prisionero de Azkaban, El cáliz de fuego, La Orden del Fénix y La reliquias de la muerte, parte 2. Black era un mago de sangre pura y primo de Bellatrix Lestrange; además, era padrino del protagonista. En un elenco lleno de importantes estrellas, Oldman sobresalió no sólo por su caracterización, sino por la seriedad que aportó a su papel.
En la trilogía de El Caballero de la Noche, donde estuvo bajo la dirección de Christopher Nolan, Oldman interpretó al comisionado Jim Gordon. El más directo contacto de Batman con la policía de Ciudad Gótica. Para nadie es una sorpresa decir que aportó una importante carga emocional al viaje del hombre murciélago.
“A mis 42 años de edad, me desperté divorciado y tenía la custodia de mis hijos. Hubo un cambio en la industria en el que un montón de producciones se filmaban en Hungría, Budapest, Praga, Australia… Ya sabes, todos esos lugares. Así que rechacé muchas cosas”.
Para el actor, estar con su familia era algo indispensable. Oldman confesó que no estuvo muy presente en la crianza de su primer hijo, y quiso cambiar eso para cuando nacieron sus siguientes descendientes.
“Tuve la oportunidad de tener estos otros dos chicos, y pensé que no podía. Me habían dado la oportunidad de ser el padre que siempre imaginé. Quise estar con el primer chico, Alfie. Así que tuve la oportunidad de resarcir el daño y cambiarlo todo. Hice 27 rondas de vuelo desde Los Ángeles. Viajaba un día, filmaba otro. Para el crédito de Christopher Nolan, él siempre respetó las fechas. Entonces me iba a casa por tres días. Regresaba por dos. El fin de semana me iba a casa, luego regresaba para un día más de trabajo. Sentí que mis hijos estaban siendo criados por una niñera”, finalizó.
Si disfrutaron de ambas franquicias, ¿con qué personaje de Gary Oldman se quedan?
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