Flee: Huyendo de casa acumula más de 80 premios alrededor del mundo y obtuvo tres nominaciones al Óscar: Mejor película internacional, Película animada y Documental.
Cada tanto nos sorprendemos ante el surgimiento de alguna película que explore nuevas formas de mostrarnos una historia, que aproveche enteramente todos los recursos en formas y fondos. Flee: huyendo de casa es un gran ejemplo. El danés Jonas Poher Rasmussen toma las experiencias de un amigo de la adolescencia -retratado bajo el nombre de Amin-, quien huyó de Afganistán hacia Dinamarca orillado por la guerra civil que surgiera en ese país durante la década de los 80.
Amin, el menor de cinco hijos, se revisita desde su niñez en Kabul, recordando cómo se irrumpe una infancia tranquila y feliz por las atrocidades político-militares que han dejado innumerables desaparecidos así como miles de desplazados. Su padre queda en manos de los muyahidines, mientras que su madre y hermanos logran escapar hacia Moscú en busca de asilo, exceptuando al primogénito, quien consigue llegar a Suecia.
El documental animado mezcla dibujos con material de archivo, en el cual logramos conocer la compleja historia del protagonista de una manera íntima y detallada que no pierde nunca la atención de quien lo observa. Mientras, contrasta una historia llena de matices, de sentimientos, con un trazo casi minimalista y un moderado uso del color, evitando que las imágenes nos distraigan de la narración, destacando que congruentemente se encuentran plasmadas en varios estilos, ante los cuales conoceremos cómo fue que el protagonista llegó a asentarse en Copenhague.
Las sensibles anécdotas que se van contando, entrelazan dos conflictos centrales en la vida de Amin: la emigración ocasionada por la separación forzada de su núcleo familiar y su homosexualidad, misma que sale a flote al descubrir su deseo hacia un taquillero y reconocido actor de películas de acción.
A lo largo de la hora y media aproximada que dura el documental, es casi, casi, una invitación a la mesa (¿o al diván?) para atestiguar las conversaciones guiadas por el director impregnadas de nostalgia, tristeza y a su vez, de esperanza, resiliencia y serenidad. El filme es también un espejo de la deshumanización, la violencia, crueldad, indiferencia, las diferencias ideológicas y la hostilidad que nos rodea.
Amin es un hombre de espíritu inquebrantable, que ha buscado el significado de la pertenencia, que ha navegado las más crudas adversidades en su viaje por el autodescubrimiento para reconciliarse con su pasado y su identidad para vivir plenamente su sexualidad. Tras compartirle su historia al director danés, sólo nos deja el corazón trastocado ante las preguntas: ¿Quiénes somos? ¿Cómo influye en nosotros el lugar en donde nacemos? ¿Qué determina nuestra identidad? ¿A qué le llamamos ‘hogar’?
Sobra mencionar todos los reconocimientos, nominaciones y premios que ha cosechado desde su lanzamiento, y con justa razón: Flee: huyendo de casa es un documental que no debe dejarse pasar. ¡Ya pueden adquirir sus boletos para verlo en Sala de Arte Cinépolis AQUÍ!