En el marco del FICG 2024, platicamos con Natalia García Agraz, directora del corto Passarinho, cuyo estreno también coquetea en Tribeca.
Los cortometrajes es más que una anécdota en fast-forward, una “película chiquita”, un chiste bien contado o un trozo de realidad. Los cortometrajes son, en realidad, una historia que aporta mucho a cinéfilos, a cineastas en formación y a cualquier persona que tope con ellos y se detenga a admirar la magia que hay allí.
En el marco de la 39ª edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), platicamos con Natalia García Agraz, cineasta con experiencia en cortometrajes que ya han llegado a festivales. Su cortometraje El último romántico tuvo un exitoso paso por más de 60 festivales internacionales, incluyendo Tribeca Film Festival y el Festival Internacional de Cine de Morelia. Ahora, Passarinho, su corto de titulación en el CCC, se presentará de forma casi simultánea en Tribeca (en el programa ¡Viva la vida!, junto a otras 40 películas latinoamericanas) y en el FICG.
García Agraz nos contó la historia detrás de Passarinho, corto que finalmente ve la luz tras casi 5 años desde que se filmó. De su plática recuperamos 5 valiosas razones por las cuales vale la pena ver cortometrajes mexicanos.
Es un formato donde la falta de recursos se suple con creatividad
En ocasiones, los recursos limitados con los que se hace un cortometraje dan pie a que los creadores hagan despliegue de su creatividad y experimentación. Esa situación no siempre es posible con obras de mayor alcance (una serie, una película…) pues estas ya pueden estar condicionadas en temática o abordaje por plataformas y productores. Al respecto, Natalia comparte la divertida génesis del proyecto y en lo que finalmente terminó:
“La historia se basa en una anécdota personal. Como fan del fútbol, quería conseguir el autógrafo de mi jugador favorito, Osvaldo Sánchez. De hecho, al principio el corto se llamaba “San Osvaldo”, pero un tema de derechos autorales complicaba todo. Como el coguionista Gerardo Lechuga y yo somos fanáticos de la cultura brasileña, por allí le dimos la vuelta. Él lo transformó en un jugador brasileño, ¡y me encantó!”.
Ahora bien: situaciones iguales (o más) complicadas sorpresivamente pueden resolverse con mayor facilidad. En el caso de Passarinho, esto fue el filmar en un estadio lleno.
Es un formato donde vemos el crecimiento de futuros cineastas
La directora indica que la misma naturaleza del cortometraje, como “formato pequeño”, es más accesible –sobre todo por costos de producción— para cineastas que están en formación. Añade que este es el lugar ideal para hallar sorpresas:
“En el cortometraje puedes hallar cosas increíbles, frescas. Es una ventana a nuevos artistas. Para todo cineasta, creo que la pregunta clave es: ¿qué historia queremos contar y en cuánto tiempo se cuenta de la mejor forma posible? Pensemos en el arco dramático que requiere el personaje”.
El cortometraje es un pequeño universo
Una novela es una narrativa larga, y tiene sus derivados audiovisuales en películas, series y telenovelas. Un cuento es una corta, igual que el comic, y halla su símil audiovisual en el cortometraje. A este respecto, la directora puntualiza:
“A mí me encanta leer novela, pero de pronto también se me antoja leer cuento. En este sentido, el cortometraje es un formato que me encanta, porque en un breve momento entras a un universo por completo”.
En el cortometraje vemos obras de grandes cineastas
Hace dos décadas, antes de Los Soprano y Ángeles en América, la serie de televisión era vista –en general— como la “segunda división” creativa. Algo similar se creía del cortometraje, que solo podía ser el formato “de arranque”, y que los talentos consolidados ya no volvían a él.
La realidad es que, en los últimos años, hemos visto a grandes cineastas trabajar en este formato. Así, hemos visto obras de Wes Anderson, Alfonso Cuarón, Julián Hernández y diversos cineastas. Extraña forma de vida, de Pedro Almodóvar, llegó incluso a cartelera comercial.
Es un formato que podemos encontrar en diferentes lugares y momentos
Estrenar un cortometraje en un festival siempre es uno de los mejores escenarios para todo cineasta. Pero el documental no agota su vida allí. También tiene cabida en plataformas de streaming, en salas de cine en solitario o como parte de una antología. Este año, en México, debutó en circuito cultural la antología Una mano bajo la nieve y otras historias, 7 cortometrajes cuyo hilo conductor son las relaciones humanas.
Años atrás, en distintas latitudes hemos visto las antologías “Te amo” (París, Nueva York, Berlín, Río), y cada vez es más común que cortometrajes que triunfan en festivales lleguen a salas de cine o a la televisión abierta. Sobre la futura recepción de Passarinho, García Agraz comenta: “Ansío ver cómo reacciona el público joven, porque es un corto que hice para infancias y adolescencias”.
Para finalizar… seguramente más de uno tuvo la misma duda que yo: ¿Este cortometraje ya lo vio Osvaldo Sánchez o, al menos, sabe que está inspirado en él? Natalia responde:
“No creo. ¡Pero si alguien tiene su contacto, dígale!”.
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