¡Conoce la descomunal cifra que el afectado le ha solicitado al estudio!
Hasta hace unos días, la franquicia Moana era sinónimo de buenas noticias para Disney. Desafortunadamente, las cosas han cambiado para la casa de Mickey Mouse, todo por un complejo problema legal. Al mismo tiempo que Moana 2 está a punto de superar los $1,000 millones de dólares (MDD), un animador ha emprendido una demanda en contra de Disney por hacer uso de un guion que él escribió desde hace décadas. Según sus palabras, la historia de la heroína no es original de Disney, sino que se inspiró en el trabajo que realizó durante años.
El viernes pasado, el animador Buck Woodall completó su demanda. De acuerdo con Entertainment Weekly, medio que tuvo acceso al documento, Woodall señala que Jenny Marchick, antigua directora de desarrollo en Mandeville Films, violó algunos acuerdos de confidencialidad y compartió materiales que él había escrito y producido para ella. La ejecutiva hizo mal uso del material que se le confió, y lo habría compartido con Disney.
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Dicho material sería la base para crear Moana: Un mar de aventuras y Moana 2. En noviembre pasado hubo un fallo que impidió al demandante presentar su querella en contra de la cinta original. Las autoridades habrían argumentado que ya había pasado demasiado tiempo. Fue por eso que Woodall ajustó su demanda, y aunque aún hace referencia a varios aspectos de la película estrenada en 2016, la mayoría de sus argumentos son en contra de la secuela.
Jenny Marchick, la acusada, ahora es jefa de desarrollo en DreamWorks Animation. Mandville Films, hace algunos años, tuvo un contrato con Disney, e incluso oficinas dentro de los terrenos de Disney en Burbank, California, cuando el material se compartió de forma ilegal.
La demanda señala a “una empresa fraudulenta que abarcó el robo, la apropiación indebida y la explotación extensiva de los materiales protegidos por derechos de autor de Woodall”. Este, a su vez, argumenta que le dio a Marchick “cantidades extremadamente grandes de propiedad intelectual y secretos comerciales”. Su proyecto habría llevado por nombre Bucky y Bucky the Wave Warrior (Bucky y el guerrero de las olas).
Respecto a los derechos de autor, la última “protección” se llevó a cabo en 2014. Para ese año, la primera entrega de Moana ya estaba en desarrollo por parte de Disney. Si bien, Bucky jamás se desarrolló, el demandante afirma que Jenny Marchick compartió la idea con Disney. Así, el estudio se aprovechó de las lagunas en la historia y personajes para vender la cinta como “original”.
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Bucky seguía a una adolescente que viaja a través de aguas polinesias para salvar su tierra natal. Hay tradiciones de la región, ancestros espirituales que aparecen como guías animales, un collar simbólico, navegación y mucho más. En la secuela también hay elementos similares, como una maldición que debe romperse, un portal en forma de remolino y animales que acompañan a la protagonista.
Para defenderse del escándalo, Disney ya ha respondido a la demanda, y presentó documentos que, en teoría, podrían ayudarles en el caso. Así, la corte recibió ideas de la historia, notas de investigación, borradores de guiones y algunos materiales utilizados cuando se presentó la historia a los ejecutivos del estudio. Como forma de revertir el daño, Buck Woodall solicita que se le pague el 2.5% de todos los beneficios que la franquicia he generado. Dicha cantidad equivale a $10 mil millones de dólares.
Hasta el momento, ningún vocero de Disney ha comunicado algo al respecto. Sin embargo, los mantendremos al tanto de cualquier novedad respecto al tema.
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