Eleonor the Great, el título de su ópera prima.
Después de conquistarnos con su belleza y su actuación en películas como Perdidos en Tokio, Jojo Rabbit, Her y Los Vengadores, Scarlett Johansson está dispuesta a emocionarnos con su nueva faceta como directora de cine, la cual inauguró ayer en el Festival de Cannes gracias a la película Eleanor the Great, que forma parte de la sección Una Cierta Mirada.
“¡Muchas gracias (por los aplausos). Merci. Mi francés es fantástico”, bromeó la actriz al subir al escenario del Teatro Debussy, en donde fue ovacionada por una multitud que incluyó al actor Adrien Brody y Collin Jost.
“Esto es realmente un sueño hecho realidad. Mientras rodabamos la película, le dije a mis compañeros que si hacía bien mi trabajo y todos los hacíamos bien, podía soñar con ver esta película en Cannes y aquí estamos, honrados por la selección y por su cariño”, pronunció notablemente emocionada la intérprete, quien previamente deslumbró durante su paso por la alfombra roja del certamen francés.
Scarlett fue estratégica en esta edición de Cannes, pues declinó la invitación para desfilar junto al elenco de El esquema fenicio, de Wes Anderson, para otorgarle todo el protagonismo a la red carpet de su película, la cual recorrió junto a June Squibb, su protagonista y su esposo Collin Jost.
Por si fuera poco, eligió un look que rendía homenaje a Grace Kelly (Princesa de Mónaco) en la película To Catch a Thief (1955), la obra maestra de Alfred Hitchcock que fue rodada precisamente en costa azul francesa.
El atuendo imitó la sencillez y elegancia con un etéreo vestido de gasa de seda azul claro sin tirantes se distingue por su corpiño drapeado de talle largo, que abraza delicadamente el busto y realza con gracia la cintura, y que en la parte inferior lucía una falda amplia y ligera que agregaba un efecto de cola flotante a cada paso que daba.
Pero volvamos a la película. Eleanor the Great narra la historia de una mujer de 94 años que se ve obligada a mudarse con su hija y su nieto cuando su mejor amiga, con la que ha vivido durante años en Florida, muere inesperadamente.
En un intento de relacionarse, de manera accidental se ve sentada en un grupo de terapia para supervivientes del Holocausto a pesar de que ella no vivió esa barbarie, y en lugar de corregir el error decide relatar la historia de supervivencia de su amiga fallecida, que sí sobrevivió a los campos de exterminio, como si fuera propia; para entendernos: una variación ficticia -y ciertamente menos aparatosa- de la historia del impostor Enric Marco.
La ópera prima de la actriz conmovió a la audiencia y a la crítica, principalmente por la actuación de June Squibb, aunque dividió opiniones en los análisis más profundos sobre todo por lo previsible que resulta.
Aquí algunas críticas de los medios presentes en Cannes:
“La conmovedora interpretación de Squibb es sencillamente exquisita; no hay otra palabra para describirla”, Pete Hammond, de Deadline.
“Es un poco previsible, un poco extraña, un poco divertida y muy triste, pero también es una ambiciosa apuesta por lo que todavía puede ser el cine”, Kate Erbland, de IndieWire.
“Tiene la combinación perfecta de hacer llorar y reír a carcajadas”, Ed Potton, The Times.
“El público quedará deslumbrado por Squibb y la emoción de la obra”, Fionnuala Halligan, de Screen Daily.
“El guion no escatima en sarcasmo de comedia de situación, y eso es tanto un punto a favor como en contra”, Owen Gleiberman, de Variety.
Este viernes se anunciará el palmarés de Una Cierta Mirada, en la que también participa la actriz Kristen Stewart (Crepúsculo) con The Chronology of Water, que también marca su debut como realizadora.
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