Un repaso por todo lo que ha salido mal con esta ambiciosa propuesta.
Cuando se anunció que Francis Ford Coppola, responsable de títulos como El padrino y Apocalipsis ahora, volvería a la pantalla grande, muchos cinéfilos mostraron su alegría. Se trata de uno de los cineastas más respetados en las últimas décadas, y su regreso era, sin duda, un motivo de celebración. Nadie imaginaba que, a pocas semanas de su estreno, Megalópolis, el proyecto de Coppola, se convertiría en una de las producciones con mayor polémica de la historia reciente. Entre decisiones cuestionables, una pésima estrategia de publicidad y el rechazo de los estudios, parece que este proyecto no estaba destinado a convertirse en realidad.
El sueño de Coppola
En Megalópolis, localizada en una Nueva York devastada por una catástrofe, el sueño de un arquitecto es reconstruir la ciudad como un lugar utópico inspirado en la Antigua Roma. Será un alcalde corrupto el que ponga trabas a ese sueño y la hija de este la que tenga que tomar la decisión de apoyar a su padre o al hombre que ama.
La historia de esta película se remonta a 1983, cuando Coppola mostró interés de contar este relato. Sin embargo, la ambición de la trama, y todo lo que requería para llevarla a cabo – como un gran presupuesto – hicieron que los estudios le temieran a realizarla. Era una inversión demasiado costosa, y no todos estaban seguros de que trajera beneficios. Sí, Coppola había dirigido El padrino, pero esta era una trama más compleja, y requería de un esfuerzo monumental.
Ante el rechazo de la industria, el cineasta esperó durante años para conformar esta producción. Los primeros intentos llegaron hasta inicios de la década actual, cuando Coppola decidió vender su viñedo en Sonoma, California. Un experto vinícola de la zona fue entrevistado por North Bay Business Journal, y declaró que la venta pudo haber generado entre $500 y $1,000 millones de dólares. De tal cantidad, $120 millones fueron usados exclusivamente para la producción de Megalópolis.
Producción en problemas
Los primeros atisbos de caos llegaron en a principios de 2023, cuando The Hollywood Reporter señaló que, en diciembre de 2022, numerosos empleados de la producción dejaron de la cinta. Esta se quedó sin diseñadora de producción, supervisor de arte y equipo de efectos visuales. Coppola quería que su película se filmara sin pantallas verdes y con la tecnología conocida como The Volume, que consiste en una pantalla de LED gigante sobre la cual se pueden crear fondos y todo tipo de escenarios. Producciones como Batman y The Mandalorian han usado The Volume con éxito.
En mayo de 2024, varios miembros de la producción exponen en un artículo de The Guardian lo difícil que es trabajar con alguien como Coppola. Señalan que tenía poca preparación para dar indicaciones sobre lo que esperaba, y que tampoco se dejaba ayudar por los profesionales a su alrededor.
“A menudo aparecía por las mañanas antes de estas grandes secuencias y, como no se había puesto en marcha ningún plan, y como no permitía que sus colaboradores pusieran en marcha un plan, a menudo se sentaba en su tráiler durante horas y horas. No hablaba con nadie, fumaba marihuana… Y pasaban horas y horas sin que se filmara nada. Teníamos estos hermosos diseños que seguían evolucionando, pero nunca nos centramos en uno. Y cada vez que teníamos una nueva junta, había una nueva idea”, dijo un trabajador anónimo.
También se dijo que el comportamiento de Francis Ford Coppola con algunas mujeres del set había sido todo, menos respetuoso. Aparentemente, para filmar una secuencia de la película se acercó a varias extras semidesnudas con intención de besarlas. Él señaló, ante los comentarios de algunos trabajadores, que era para hacerlas entrar en el mood de la secuencia, desarrollada en un club nocturno. Se comentó, además, que obligaba a varias mujeres para sentarse en su regazo.
“Creo que Coppola aún vive en ese mundo donde, como autor, eres el único que sabe lo que está pasando, y todos los demás están ahí sólo para hacer lo que él pide”, dijo Mike Figgis, director británico y amigo de Coppola.
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Un set lleno de escándalos
En julio de 2024 se hacen virales los videos donde se ve que Coppola sí besa a una de las extras. “Disculpen si aparezco y las beso. Sepan que es solamente para mi placer”, dijo el director con un micrófono mientras estaba en el set. A su defensa salió el productor ejecutivo Darren Demetre, quien emitió un comunicado a Variety y señaló:
“Hubo dos días en los que filmamos una escena de celebración en un club al estilo Studio 54, donde Francis caminaba por el set para establecer el espíritu de la escena dando amables abrazos y besos en la mejilla al elenco y a los actores de fondo. Era su manera de ayudar a inspirar y establecer la atmósfera del club, que era tan importante para la película. Nunca tuve conocimiento de ninguna queja de acoso o mal comportamiento durante el transcurso del proyecto”.
El tráiler maldito
Un mes después, Lionsgate lanzó el tráiler oficial de Megalópolis. Este incluía fragmentos de críticas negativas supuestamente dadas a películas previas de Coppola. Todo se hizo con la intención de hacer ver que esta nueva película podría ser una gran sorpresa más allá de lo que dijeran los críticos. Sin embargo, en Vulture descubrieron que las frases eran falsas. Algunas jamás existieron, y otras eran de películas no dirigidas por Coppola.
Ante las críticas, Lionsgate eliminó el tráiler de su canal de YouTube. El escándalo se incrementó cuando se descubrió que los responsables del marketing habían usado inteligencia artificial para buscar las frases utilizadas. Hubo despidos para quienes estuvieron detrás de la decisión, pero el daño ya estaba hecho.
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Posteriormente, Francis Ford Coppola habló (vía) sobre los polémicos rumores de acoso hacia las extras. Se escudó asegurando que todo era una campaña para desprestigiar su querido proyecto.
“A las jóvenes a las que besé en la mejilla, en lo que respecta a la escena de Año Nuevo, eran mujeres jóvenes que conocía. Es todo tan ridículo. Mira el momento de ese artículo. Es justo antes de que estrenemos la película en Cannes. Sólo están tratando de dañar la película”.
Una película anti woke
Si algo se le ha criticado a Megalópolis, es que su elenco tiene a “actores cancelados” no sólo por sus posturas políticas, sino también por acusaciones de crímenes sexuales. Entre ellos se encuentran Shia LaBeouf, Jon Voight y Dustin Hoffman. Ante las críticas por la reputación de sus actores, y lo que esto podría provocar, así se expresó el director.
“Lo que no quería que sucediera es que se nos considerara una producción de Hollywood despierta que simplemente está sermoneando a los espectadores. El elenco presenta personas que fueron canceladas en un momento u otro. Había personas ultraconservadoras y otras extremadamente progresistas políticamente. Pero todos estábamos trabajando juntos en una película. Eso fue interesante, pensé”.
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Para empeorar las cosas, a pocas semanas de que Megalópolis se estrene en Estados Unidos (27 de septiembre), los primeros pronósticos de taquilla apuntan a un estreno entre $4 y 8 millones de dólares. Considerando su presupuesto, el aspecto visual, el talento involucrado, y lo mucho que Francis Ford Coppola apostó para llevar Megalópolis a la pantalla grande, dichos números serían, a todas luces, un auténtico desastre. ¿Será la cereza que necesita este defectuoso pastel?
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