Películas que seguramente te arrebatarán el sueño cada vez que las veas.
Es común escuchar que el cine de terror ha vivido una época dorada desde que inició el siglo XXI. Esta buena racha se mantiene hasta nuestros días, e incluso ha resultado en varias películas que han sido reconocidas como clásicos contemporáneos. Una etiqueta difícil de definir para muchos y a la que nosotros damos un límite de una década. ¿Mantendrán la condición con el paso del tiempo? No lo sabemos, pero de lo que sí estamos seguros es que todas ellas te arrebatarán el sueño cada vez que las veas.
Eso (Dir. Andy Muschietti, 2017)
El terror debe mucho a la literatura y si hay alguien que ha marcado el rumbo impreso del género en las últimas décadas es Stephen King. A pesar de esto, el salto de su obra a la pantalla no ha sido el más afortunado, consecuencia de una bibliografía sumamente compleja que ha ahondado de lleno en la exploración del mal.
Es precisamente por esto que muchos coinciden en que Eso, de Andy Muschietti, marcó un antes y un después en las adaptaciones al escritor. El cineasta argentino entendió que replicar uno de los libros más inquietantes del novelista iba más allá del sangriento payaso y también requería un contrapeso desde el noble Club de los Perdedores.
Un clásico instantáneo y una de las películas de terror más exitosas de todos los tiempos.
Tren a Busan (Dir. Sang-ho Yeon, 2016)
El zombie fue el monstruo más popular en los primeros años del siglo XXI, pero su popularidad se fue difuminando con el paso de los años. Esto no impidió el estreno de un último gran exponente del subgénero, como fue el caso de Tren a Busan, que dirigido por Sang-ho Yeon, sirvió como una poderosa representación de una sociedad quebrada por el individualismo y el capitalismo que se anteponen siempre al bien común.
Una alegoría que no es exclusiva de los no muertos, sino también de unos personajes principales profundamente imperfectos y que terminan por desencadenar la condenación del prójimo. Una película decisiva dentro del terror asiático, pero también para el actual boom que atraviesa el cine surcoreano.
¡Huye! (Dir. Jordan Peele, 2017)
El terror es uno de los géneros que mejor plasma las inquietudes del mundo que nos rodean. ¡Huye! es el perfecto ejemplo de ello, al grado que muchos la señalan como la responsable de rescatar los viejos conceptos del llamado terror social. Esto con una pareja interracial que viaja a una reunión con la familia de ella, ignorante de que el encuentro se tornará catastrófico para él.
Sobresalió por su fortísima carga simbólica mediante una reversión ideológica entre el norte y el sur, con la que se deja claro que ningún rincón del mundo, ni siquiera los viejos bastiones de la presunta lucha por la igualdad, está exento de la creciente ola de racismo.
Un debut realizador de ensueño para Jordan Peele, quien fue acreedor a un premio de la Academia en la categoría de Mejor guion, al tiempo que se convirtió en un maestro del terror contemporáneo.
Hereditary (Dir. Ari Aster, 2018)
Robert McKee, quizás el mayor analista del guion fílmico en el mundo, ha declarado en varias ocasiones que la historia del cine ha dejado grandísimas películas de terror, pero sólo tres de lo que él califica de Rolls-Royce.
Se refiere a El bebé de Rosemary, El exorcista y El resplandor, que combinan lo mejor de los demonios exteriores e interiores. Nosotros añadiríamos una más a la lista, Hereditary, que hace lo propio desde la tragedia de una familia marcada por el dolor, la muerte y el ocultismo.
Película debut de Ari Aster y que lo afianzó entre los grandes genios del terror contemporáneo; también una de las más brillantes interpretaciones de Toni Collette, quien de este modo se consolidó como un referente del miedo. Difícil conciliar el sueño tras verla.
El conjuro (Dir. James Wan, 2013)
El conjuro marcó un antes y un después en la historia del cine. Heredera directa de la fórmula de El exorcista, la película se inspira en los expedientes de los demonólogos Ed y Lorraine Warren para explorar el caso Perron: una familia cualquiera cuya tranquilidad se ve usurpada por una entidad demoniaca.
Convirtió a James Wan en el máximo símbolo del terror contemporáneo y comenzó una franquicia virtualmente inagotable que es popularmente conocida como el Warrenverse. Es integrada por la saga central que aborda otros casos, así como por una serie de spin-offs que ponen la mira en los oscuros entes.
No conforme con esto, nos introdujo con Annabelle, que sólo necesitó una breve aparición para convertirse en uno de los personajes más emblemáticos en toda la historia del cine de terror. ¡Un clásico en toda la extensión de la palabra!
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