Los cines tendrán que prepararse de gran manera para replicar el momento.
Las últimas semanas han sido bastante polémicas para Megalópolis, la más reciente película de Francis Ford Coppola. El drama, que también mezcla elementos de ciencia ficción, tuvo su estreno en el Festival de Cannes, pero se encontró con críticas totalmente divididas. Mientras que algunos reconocen su ambición y lo que propone al séptimo arte, otros la destrozaron por completo. Afortunadamente, Megalópolis no pasó desapercibida, y mucho menos una escena que ha llamado la atención del mundo entero.
Sin dar muchos spoilers, podemos adelantar que, en cierto momento de la película, Coppola rompe la llamada “cuarta pared” de una forma muy interesante. El personaje interpretado por Adam Driver sostiene una conversación con al quien que no se ve en pantalla, pero sí está en el cine donde se proyecta la película. Es decir, un empleado del cine es parte de la película y logra “hablar” con el actor. Aunque en el contexto del Festival funciona perfectamente, la intención es llevar el momento a los cines del mundo que proyecten la cinta.
A todas luces, esto implica una compleja estrategia de logística. Los cines deben estar preparados para tener un empleado que, en el momento correcto, entre a la sala para “compartir” escena con Driver, y no parece que sea sencillo de conseguir. Si el momento no resulta como se espera, fácilmente la experiencia podría sufrir afectaciones. Por ahora, no parece que muchos distribuidores quieran replicar tal momento, pero Le Pace, la encargada de llevar Megalópolis a cines de Francia, sí lo tienen en mente.
“Ciertamente haremos muchas de estas interpretaciones. Con cuatro funciones al día en muchas salas no será fácil hacerlo en cada proyección. Estará organizado, pero no podemos predecir cuántas veces podremos hacerlo. Trabajaremos en ello con todos los exhibidores de Francia para intentar hacerlo tantas veces como podamos”, dijo Jean Labadie, de Le Pacte (vía).
Otro tema a considerar es el espacio y la preparación del empleado en cuestión. Los cines necesitan un área considerable entre la pantalla y la posición del empleado para lograr el efecto deseado, pero no todos cuentan con dicha característica. Sólo las salas IMAX parecen lograr algo similar. Además, Megalópolis aún no tiene distribuidores en muchas partes del mundo. Esto se debe a los comentarios que ha recibido, y lo experimental que resultó para algunos miembros de la industria.
La producción, que costó $120 millones de dólares, enfrenta un camino cuesta arriba de cara a conseguir un gran estreno en todo el mundo. Las reacciones de la industria no son lo que se esperaba, y se teme que entre el público general la película genere reacciones aún más negativas. Si a eso le sumamos que los empleados de los cines también forman parte del relato, entonces todo resulta ligeramente más complicado.
¿Qué te parece la idea? ¿Crees que tener interacción directamente con la pantalla sea una buena opción para hacer de Megalópolis algo único? ¿Cómo reaccionarías si algo así sucediera en tu función?
Descarga la app de Cinépolis y consulta la cartelera, horarios, estrenos, preventas y promociones que tenemos para ti.