A más de dos décadas, el protagonista de John Wick afirma que el duelo sigue presente.
Hoy lo conocemos como uno de los actores más queridos y arriesgados de Hollywood, sin embargo, no todo ha sido felicidad en la vida de Keanu Reeves. El protagonista de sagas como Matrix y John Wick se ha enfrentado a la muerte de seres que, en su vida personal, marcaron un antes y un después. Al actor se le conoce por ser accesible, noble y con una presencia inalterable, pero no muchos saben que, detrás de su encanto y la habilidad para las escenas de acción, se esconde un pasado marcado por el dolor. A continuación, te contamos la historia de Keanu Reeves y Jennifer Syme.
Keanu y Jennifer se conocieron en 1998 en una fiesta de la banda de Keanu, Dogstar. Jennifer trabajaba como asistente personal del director David Lynch y era una figura conocida en el círculo de Hollywood. La conexión entre ellos fue casi instantánea. Se enamoraron rápidamente y su relación floreció, manteniéndose alejada del ojo público tanto como les fue posible. En poco tiempo, se convirtieron en una pareja inseparable, compartiendo una intimidad que Keanu rara vez había experimentado.
Una historia que parecía perfecta
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La pareja anunció que esperaban un hijo en 1999, una noticia que los llenó de alegría y expectativa. Sin embargo, la felicidad se transformó en una desgarradora tristeza el 24 de diciembre de 1999, cuando Jennifer dio a luz a su hija, Ava Archer Syme-Reeves, quien nació muerta a los ocho meses de gestación. Esta inmensa pérdida fue un golpe devastador para ambos. La experiencia de perder a su bebé dejó una profunda cicatriz en su relación, afectando su conexión y sumiéndolos en un gran dolor. Aunque intentaron superar la tragedia juntos, la pena fue abrumadora y, lamentablemente, los llevó a separarse unas semanas después del nacimiento de Ava.
A pesar de su separación, Keanu y Jennifer mantuvieron una estrecha amistad. Se apoyaban mutuamente mientras intentaban lidiar con el dolor de la pérdida de Ava. Sin embargo, la tragedia volvió a golpear a Keanu en abril de 2001. Jennifer, quien había estado lidiando con la depresión y el abuso de sustancias tras la muerte de su hija, falleció en un accidente automovilístico en Los Ángeles a la edad de 28 años. La policía determinó que no llevaba puesto el cinturón de seguridad y había consumido alcohol y medicamentos recetados.
La muerte de Jennifer fue un segundo golpe devastador para Keanu, reviviendo el dolor de la pérdida de su hija y dejando una herida aún más profunda. Keanu Reeves fue uno de los que cargaron del féretro en el funeral de Jennifer, un testimonio de cuán profundo era su vínculo a pesar de las adversidades. Esta serie de tragedias marcó profundamente la vida de Keanu, quien desde entonces ha mantenido sus temas personales extremadamente privados, buscando consuelo en su trabajo y en causas benéficas.
John Wick y el aprendizaje de la pérdida
Curiosamente, en 2013 le llegó la oportunidad de interpretar a John Wick. Este es un asesino a sueldo retirado que debe volver a su trabajo para vengarse de los hombres que le quitaron todo, incluyendo a la mujer que amaba. El personaje no sólo le dio la oportunidad de convertirse en un ícono para las nueves generaciones, sino que también le permitió lidiar con su duelo. Por extraño que parezca, Keanu Reeves encontró en John Wick una forma de sanar a nivel personal.
“Con cualquier personaje, la forma en que lo pienso es que tienes el papel en la página, tienes la visión del director y tienes tu experiencia de vida. Y vaya que puse la mía en este rol. Pensé que era uno de los pilares del papel de John Wick. Me encanta su dolor. Tanto para el personaje como en la vida, se trata del amor de la persona por la que estás de luto, y cada vez que puedes estar en compañía de ese fuego, es reconfortante. Me identifico totalmente con eso, y no creo que nunca lo superes. El duelo y la pérdida son cosas que nunca desaparecen. Permanecen contigo”, dijo en 2019 a The Guardian.
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Con el tiempo, Keanu Reeves afirma sentirse cómodo con todas las facetas de su vida. Esta orgulloso de la carrera que tiene, el cariño de los fans y la forma en que entiende las tragedias de su vida. En más de una entrevista ha comentado que los años no lo hicieron olvidarse de Jennifer, su hija, o incluso de River Phoenix (su mejor amigo y quien también tuvo una muerte trágica). Hoy se encuentra en una nueva relación amorosa, pero reconoce que todo es gracias al trabajo emocional que ha hecho.
“No creo que se trate de envejecer. Siempre te acompaña, pero como un flujo que va y viene. ¿Que si pienso en alguien en específico? En muchas personas”, concluye.
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