Un “intercambio” terminó por marcar las carreras de muchos, y de gran manera.
Si algo nos enseño La La Land, es que ciertas cosas no están destinadas a suceder, y nadie como Emma Watson y Ryan Gosling para comprobarlo
Desde su estreno, La La Land se ha convertido en todo un clásico. Millones han caído rendidos ante el romance de Mia y Sebastian, pero otros tantos han llorado (y mucho) por la promesa de todo lo que pudo ser ese amor. Emma Stone y Ryan Gosling se consolidaron como grandes intérpretes tras su paso por dicha cinta, pero hubo un momento en que otra Emma, igual de famosa, pudo interpretar a Mia. Hablamos de Emma Watson.
La La Land tardó muchos años en hacerse realidad: más de seis, de acuerdo con su director. “En el casting hubo muchas permutaciones, y es cierto que hubo un momento donde Emma Watson y Miles Teller la pudieron hacer”, dijo Damien Chazelle a Uproxx en septiembre de 2016. Teller ya había trabajado con el cineasta en Whiplash, pero hubo algunos problemas por el salario que él buscaba, y Chazelle decidió que no era la mejor opción, creativamente hablando, para la cinta. El caso de Watson fue diferente, pues al mismo tiempo se le ofreció interpretar a Bella en la cinta de Disney.
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Muchas morirían por ser princesas de una cinta así, y Emma no se lo pensó dos veces.
“Es una de esas cosas frustrantes en las que se asignan nombres a los proyectos desde el principio, todo como una forma de generar anticipación o entusiasmo por algo, pero sin que realmente se acuerde o se escriba en piedra”, dijo la actriz a SiriusXM.
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También explicó que quiso compaginar ambas historias, pero los tiempos no se ajustaron. Para participar en La bella y la bestia tenía que entrenar con un caballo, y también practicar su canto. Su lado profesional le dijo que no podía entregar el 100% de su entrega a dos proyectos. Por ello decidió interpretar a la princesa.
“Y esta no era una película en la que simplemente pudiera lanzarme en paracaídas. Sabía que debía hacer el trabajo y estar donde tenía que estar. Así que programar teniendo en cuenta los conflictos simplemente no funcionó”, agregó.
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Algo similar sucedió con Ryan Gosling. A principios de 2015, a sólo una semana de que Emma Watson fuera confirmada como la protagonista, se dijo que al actor le ofrecieron interpretar a la Bestia. Incluso hubo medios que lo confirmaron como la “primera opción” de Disney. Al mismo tiempo, Gosling tenía firmada su aparición en La gran apuesta y otros proyectos, por lo que el tiempo no era su mejor aliado. Como si algo faltara, también le llegó el rol de Sebastian en La La Land, y no pudo resistirse. Fue entonces que los protagónicos se “intercambiaron”, y Dan Stevens se convirtió en la Bestia.
Al final, todos (con excepción de Miles Teller) resultaron ganando. Emma Watson se quedó en un éxito de taquilla que recaudó más de $1,200 millones de dólares en todo el mundo. Ryan Gosling consiguió su segunda nominación al Oscar (y aclamación de la crítica). Incluso Emma Stone (quien se convirtió en Mia), se quedó con el ansiado Oscar a Mejor actriz gracias a La La Land.
Si Watson y Gosling hubieran compartido proyecto, ¿cuál habría sido mejor para ellos?
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