Chilangolandia, Señora influencer y Qué huevos, Sofía suman, en conjunto, $100 millones de pesos. La marca es destacada para un director en cuyas películas el público piensa encontrar cobre… y termina hallando oro.
A los 11 años editó su primer video, y durante años vivió gracias al mundo de la publicidad. Antes de pandemia concibió el proyecto Escuadrón godínez como una propiedad intelectual que podía funcionar en taquilla… pero Mirreyes vs Godínez había tomado la delantera. Hubo un distribuidor interesado en su idea, que ahora se llamaría Desempleado del mes, pero el proyecto no avanzó.
Lo que pasó a continuación es gracias a Molotov. Sí, Molotov. Así lo cuenta Carlos Santos, director de cine: “Estaba frustrado. Recuerdo que de camino a una junta iba escuchando la primera rola del Unplugged de Molotov, ‘Here We Kum’, y pensé: ‘¡Qué gran banda es Molotov, es tan mexicana! ¿Cuál sería una versión de película con la misma energía de Molotov?’” Y me vino a la mente la palabra Chilangolandia. Mandé a la ching@da a los Godínez, metí ese guion en un cajón [ojo: el cajón es importante] y me puse a escribirla”.
Chilangolandia fue un éxito de taquilla en ese complicadísimo (y todavía pandémico) 2021. La filmó con sus ahorros, en guerrilla style, sin tener un distribuidor asegurado. Luego su mundo cambió: firmó contrato con Cinépolis Distribución y dos nuevos proyectos: Señora influencer (que dio a Mónica Huarte el papel de su vida) y Qué huevos Sofía, gracias a la cual su filmografía llegó –en conjunto—a la marca de los 1.5 millones de espectadores. Eso sucedió el miércoles 12 de marzo.
Y fue el pretexto ideal para entrevistarlo.
Nuestra plática tuvo lugar la tarde que alcanzó la marca. Cinco días más tarde, el cine de Carlos Santos llegó al Olimpo de los $100 millones de pesos (MDP). Para celebrarlo, hablamos de 100 temas: cine comercial, ‘El Sistema’, brochas para pintar, Donald Trump, Corn Flakes, y de su mantra, “hacer cine de calidad y financieramente viable”.
Paloma & Nacho: Vayamos algunos años atrás, al principio de la pandemia. ¿Cómo empezaste a trabajar con Cinépolis Distribución? Pareciera que eres “su director de casa”, pues llevas tres películas filmadas en este lustro, y una más por estrenar.
Carlos Santos: Chilangolandia la filmé con mis recursos y mis amigos. Si no lo hacía así, me iba a quedar en el proceso… o todo mundo querría meter mano. Cuando no has hecho nada, todo mundo te quiere sermonear.
Entonces, literal, agarré mis ahorros y la filmé sin tener ningún contacto en la industria. La filmamos con muy poco dinero; guerrilla style a todo lo que da. La edité e hice un tráiler. Tenía un conocido en Cinépolis que nos llevó con Miguel Rivera. Le mandamos un viernes el tráiler y el lunes recibimos respuesta: “Nos interesa”. Cinépolis Distribución no fue el único interesado, pero sí tenía la mejor propuesta y firmamos contrato para la distribución. Chilangolandia pudo haber sido una película enlatada estando completamente filmada.

P&N: Las etiquetas son reduccionistas, pero ¿Carlos Santos es un director de cine comercial, o un director con propuesta de cine de autor? Pregunto porque, quienes te seguimos la pista, vemos tus películas como Caballos de Troya: historias que en apariencia son una cosa y al final son algo más profundo.
Creo que lo importante es deslindar el marco en el que jugamos, con una industria dividida entre cine de arte y cine comercial. Debido a eso, cuesta trabajo imaginar algo más, porque ese el territorio en el que juegas…
P&N: …cuando antes teníamos Y tu mamá también y Amores perros, que jugaban a las dos…
Incluso creo que ninguna de esas películas se preguntó si iba a ser cine comercial o de arte. Eso es parte del problema: creemos que el productor es el único que conoce el mercado y solo él sabe qué tipo de películas debemos hacer, y por eso tenemos ciertas películas sin alma. De allí que, cuando se habla de cine comercial, lleva implícito el adjetivo de chafa o banal.
Todas las grandes películas que amamos de Hollywood no están pensadas en si son cine comercial o de arte. Están pensadas en “hagamos una gran película con la que la gente salga contenta del cine, que toque nuestras emociones, nos inspire y nos conmueva”. Y ese es el único cuestionamiento que deberíamos hacernos.
P&N: En Chilangolandia te interesaba presentar a la CDMX como un ente que pone obstáculos constantes a los personajes. En Qué huevos, Sofía, de nuevo, hay un “enemigo” no personificado…
…que es El Sistema…
P&N: Exacto, su desconocimiento: la ingenuidad con que lo enfrentan; el no saber cómo firmar un contrato; el no saber inglés. Todo está en contra de las emprendedoras de la historia. ¿Cómo haces esa sensibilización, para retratar dinámicas sociales que suenen auténticas?
En mis películas, la historia de los personajes son vehículos para tocar un subtexto más grande. La idea es que su historia se vuelva relevante para muchas personas. En Qué huevos, Sofía, es el individuo ante un capitalismo cada vez más tirano. Señora Influencer, no es la historia “de una loquita”. Es el retrato de cómo las redes sociales están modificando la fibra social. De esa forma se vuelven historias relevantes para un grupo.
Pienso en personajes como un vehículo o pretexto para explorar temas relevantes. Más que una investigación, estoy atento a lo que pasa en el mundo. “Esto me inquieta, eso me molesta”, “Odio a Mark Zuckerberg… y a Instagram”.
¿Te acuerdas de Escuadrón godínez? Esa historia se convirtió en Qué huevos, Sofía. Se le ocurrió a una amiga: “¿Y si hacemos que los personajes sean mujeres y se vuelve una lucha de género, donde El Sistema está contra ellas?”.
P&N: Has creado escenas icónicas. En Qué huevos, Sofía vemos a tu protagonista tocando fondo, completamente alcoholizada. Y en Señora influencer, vimos a Fati Ferri con la mirada perdida, con una brocha. ¿Esos momentos están desde el guion o surgen en set?
Algunas, por estructura, están. Otras las reescribo el día que grabamos, y unas más surgen de la improvisación. En mis sets hay mucha libertad, y varias escenas son producto del juego.
A mí me encanta esa toma [la de la brocha], y no estaba planeada. Recuerdo que estábamos grabando en un Home Depot y dije: “Juguemos con esto, con la brocha”. Mónica lo hizo y salió linda la toma. Es esa parte lúdica del cine, pero requiere mucha experimentación. Afortunadamente, me gané la confianza de Cinépolis Distribución y me dejan trabajar en total libertad. Esa libertad permite que salgan cosas lindas.

P&N: Antes de la entrevista me decías que contar historias en retrospectiva también tiene una función utilitaria. Señora influencer y Qué huevos, Sofía inician con el gancho.
Esto obedece a que [en formatos digitales], si a los 2 minutos la película no te atrapó, le cambias. Por eso es importante presentar un arranque que genere una duda: ¿Qué le pasó a este personaje? ¡Me tengo que quedar a verlo!
De lo contrario, Señora influencer empezaría con “Solecito”, y parece una película infantil. En cambio, tienes a una asesina y una ciudad dividida en bandos. Corte a: una mujer entona canciones infantiles. En ese momento dices: “¡Qué ch!ngados es esto!”.

P&N: ¿El ‘Santosverso’ existe? Platicando con Juan José Cruz, redactor de Paloma & Nacho, nos dábamos cuenta de que El Gusano aparece en Chilangolandia y Sofía. Y estamos seguros de que Carmen en Chilangolandia y Charo en Sofía son hermanas gemelas.
¡Oye, [que sean gemelas] es una buena idea! Podíamos romantizar la presencia de El Gusano (Emmanuel Orenday) en las dos películas, pero en realidad fue: “Necesitamos un villano como El Gusano, ¿a quién construimos?”. Luego pensamos: “¿Para qué buscar si lo tenemos?”. Y aun cuando lo matamos en Chilangolandia, lo pusimos, pues tenemos un actor carismático.

P&N: ¡Y lo pueden resucitar o recuperar en otras películas!
Tengo la idea de que existirá Chilangolandia 2. Que un personaje que sobrevivió será el hilo conductor, con nuevas historias, y estaría padre que hubiera cameos…
P&N: Otra parte del Santosverso son los detalles, como los créditos de entrada, justificados en la esquina inferior izquierda o derecha. O ciertos movimientos de cámara…
Lo que más me enorgullece es eso, que la gente lo perciba. Va a sonar raro, pero solo soy yo haciendo lo que me apasiona, y a partir de allí sale salen ciertas constantes, pero no hay una estrategia; es más de tripa y pulmones. Es como con un pintor: puedes ver similitudes en su obra, pero ningún gran autor racionaliza –o debería racionalizar— su estilo, su sello. Si lo hiciera, sería sólo marketing.
Para mí, la mejor recompensa no es que me llamen de Hollywood y me den un pedazo de metal dorado. Es pensar que me voy a poder dedicar mucho tiempo más a hacer cine… mientras no la cague [risas].
P&N: ¿Nos beneficia tener una industria fílmica mexicana con un cine taquillero?
Me parece que, como sociedad, no estamos conscientes de los beneficios sociales y culturales de una industria cinematográfica potente. Por ejemplo, tenemos una industria musical importante. Imagínate que nos la quitaran. ¡Nos quitas un pedazo de alma!
Llevamos tanto tiempo sin una industria fílmica nacional poderosa, que ya no recordamos qué se siente que una película mexicana se ponga al tú por tú a las gringas. Con una industria fortalecida se sentiría una efervescencia. ¡Imagínate que una película mexicana dijera a una hollywoodense: “Muévete de fecha, porque ahí ya está la película mexicana!”.
P&N: Durante la conferencia de prensa de Qué huevos, Sofía dijiste que tu protagonista siempre fue Giovanna Romo. Lo mismo pasó con Mónica Huarte. ¿Cómo eliges elenco?
Giovanna fue la primera elección. Es una mujer muy guapa, pero que sí puedes creer que trabaja allí, y que explota con su jefe como lo hace. Muchos se sorprenderán de su capacidad dramática.
A Mónica la pensaba para un personaje secundario. Pero un día escuché a mi mamá platicar de una señora que intentaba ser influencer, y era muy triste su caso. Ese fue el chispazo, pues era un gran concepto, y pensé: “Mónica es perfecta”. Le marqué: “Tengo esta idea, es para ti. Si no quieres hacerla, ni escribo el guion”. Me dijo que sí y allí nació Fati Ferri.
También tengo claro que los personajes secundarios deben están destinados a mantener la comedia, si es comedia, y a la piel comercial del proyecto. Por ejemplo, está el caso de Liliana Arriaga [La Chupitos] y Carmen, su personaje en Chilangolandia.

Su personaje está basado en el video de Youtube de “Mamá regaña a su hijo por romper los adornos navideños”, donde una señora sostiene la puerta del clóset con un palo, ¿te acuerdas? Recuerdo que no hallaba una actriz que se sintiera barrio de verdad. Entonces vi que Liliana estaba en LoL, sin maquillaje, en esta dinámica de no poder reírse, y pensé: “¡Es Carmen!”. Me di cuenta de que Liliana armándola de pedo sí se iba a sentir genuino.
P&N: ¿En Qué huevos, Sofía se busca hablar de feminismo?
Pienso que el cine no está para dar respuestas, sino para ofrecer preguntas. No creo en las películas con mensaje, pero sí creo que la mejor herramienta que puede darte el cine es explorar temas.
En Sofía, su protagonista se contradice de una escena a otra, porque los seres humanos somos así. De repente verás escenas feministas, pero también hay momentos machistas. Incluso el título es lo menos feminista; tendría que haber sido “ovarios” pero no se entiende la frase [ni hace juego con un elemento de la película]. Por eso prefiero dejar que la protagonista se contradiga y que la película contribuya a explorar este tema tan complejo.

P&N: ¿Qué viene con Alvarado espectacular, tu próximo proyecto? Empezando porque ya cambió de nombre.
Así como a veces que todo está en contra, aquí todo ha jugado a favor. Soy un hombre escéptico, pero esta vez un montón de cosas se dieron de forma mágica. Alvarado espectacular [su nombre tentativo] se ve como una producción de diez veces lo que costó. Su reparto [Silverio Palacios, Daniel Sosa, Sofía Carrera…] está increíble. Las locaciones son espectaculares. Pero antes que otra cosa, es una historia divertida y estimulante.
Es una película de concepto, me hace sentir muy orgulloso, y estoy ansioso por sacarla. ¡Es oportunísima por el momento histórico que estamos viviendo! Mientras Chilangolandia era una crítica a México, esta celebra a México. Es un espejo donde podemos mirarnos, y allí veremos cosas bellas que quizás ya se nos olvidaron por estar escuchando a Donald Trump decirnos quiénes somos.
En el plano más grande, el proyecto apuesta a entender que nuestra identidad se forja a raíz de las historias que nos contamos. Y a hacernos conscientes de qué tipo de historias nos estamos contando para construirnos como individuos, como sociedad, y por qué no debemos dejar que alguien más las cuente.

P&N: Has estrenado 3 películas en cines en 4 años. ¿Cómo ‘corren’ los plazos de tus proyectos?
El mejor ejemplo es Señora influencer. Luego de que Mónica aceptó, hice un póster que enseñé a Carlos Castillo, director de Cinépolis Distribución, y a su equipo.
Chilangolandia se estrenó en septiembre de 2021, y le fue bien en taquilla. En octubre, Carlos me dijo que estaban buscando películas para 2022. Mi respuesta fue: “Sí, te mandé el guion de Alvarado espectacular”. “No, queremos La Señora”. “¿Cuál señora?” ¡Ya ni me acordaba! Me encerré de octubre a diciembre, saqué todo lo que odiaba de las redes sociales y entregué guion el 31 de diciembre.
En abril estábamos filmando, y ayudó que somos un crew minúsculo. Al final salimos un año después, pero imagínate lo loco que fue filmar una película de la que seis meses atrás sólo existía la idea. Siendo honesto, ese ritmo me viene bien. La idea de filmar cada cinco años me deprime. También me molesta que la vida de un director sea hacer carpetas [para obtener estímulos fiscales]. Tengo amigos a los que se les va la vida en ello.
P&N: Para no quedarnos con la duda, ¿qué género es Señora influencer?
Recuerdo que estando en set, el crew decía: “Parece que estamos filmando cinco películas distintas”, pues el tono de lo filmado un día era distinto al del otro.
Yo creo dos cosas. Primero, intentará nunca pensar en géneros al momento de crear. Pienso que necesitamos salirnos de esos límites. ¿Tu vida es comedia o es drama? Depende del día; incluso de la hora del día.
También creo que las convenciones de género sirven para cumplir la expectativa del público. Pero tal vez el futuro está en la disrupción de los géneros, para sentir que estás viendo algo nuevo. Por eso, al momento de ejecutar, no pienso en géneros, sino en una buena historia.
Como dato: Señora influencer originalmente era Señora serial, pero la gente lo relacionaba con Corn Flakes [serial suena a ‘cereal’].
P&N: ¿Qué dirías a quien busca hacerse un lugar en la industria del cine?
Le recomiendo ejercitar el músculo. Dirigir cine es como ir al gimnasio. No es: “Voy a estudiar cine, leer cinco libros y ya dirijo”. No vas a poder levantar 100 kilos si no levantaste 5, 10 o 20. Mi consejo es: “Haz un chingo de cosas todo el tiempo”.
Yo tuve la fortuna de hacer miles de videos, publicidad, desde promocionales de aspiradoras hasta videos de XV años. Edité Informes de Gobierno, hice mapping en edificios… Hice muchas cosas que me dieron experiencia para saber resolver… y estómago para aguantar, para salirme con la mía. Desde luego, estoy consciente de mis privilegios, no soy iluso.
Siempre supe que quería hacer cine. Pero antes hice de todo, porque quería prepararme, “hacer callo”. También ahorré durante años, para que cuando me dispusiera a hacer cine pudiera pelear en la industria. Durante años vi cómo la industria se comía a nuevos directores y el productor se volvía el dueño de su película.
Al final, creo que mucho de ser director es intuición y callo. Y no hay nada peor en set que un director que se paraliza y no sabe qué hacer.
(Algunas) películas que definen a Carlos Santos
“Mi película favorita de la infancia, con la que nació mi amor por el cine, es Volver al futuro. Y ahora tengo una relación muy extraña con Gaspar Noé [Irreversible, Clímax]. Al momento de ver su cine, lo repudio, por lo fuerte que es, pero cuando estoy dirigiendo tomas subjetivas, por ejemplo, está presente”.
Otras películas que definen a Carlos Santos: Amores perros | Niños del hombre | El patrullero 777 | Embriagado de amor | La hora 25 | Eterno resplandor de una mente sin recuerdos | Diamantes en bruto.
Descarga la app de Cinépolis y consulta la cartelera, horarios, estrenos, preventas y promociones que tenemos para ti.