El éxito y el premio a veces requiere sacrificios…
Mientras la gran mayoría de los directores prefieren emplear sets para garantizar rodajes cómodos, la visión de ciertos realizadores o la naturaleza de algunas producciones requiere trasladarse a locaciones para incrementar el realismo de los proyectos. Aunque esto no representa un problema en la mayoría de las ocasiones, existen casos aislados de filmaciones tortuosas que se han visto afectadas por problemas naturales, enfermedades y accidentes
¿Quieres saber de qué te hablamos? Entonces déjanos contarte cuáles son las 10 producciones más tortuosas en la historia del cine.
Cleopatra (Joseph L. Mankiewicz, Rouben Mamoulian & Darryl F. Zanuck, 1963)
Originalmente, Cleopatra debía costar sólo $2 MDD, pero sus incontables exigencias incrementaron los costos hasta convertirla en una de las películas más costosas de toda la historia. Además de su reparto multiestelar, encabezado por Liz Taylor, el proyecto sufrió un cambio repentino en la dirección; la complicada agenda de los actores provocó incontables retrasos y la producción construyó majestuosos sets del desierto y las pirámides en Londres, los cuales nunca se emplearon luego de que el rodaje se reubicó en Roma.
Los resultados: Con un presupuesto final de más de 31 millones de dólares (MDD), los elevadísimos costos de producción de Cleopatra casi terminan con 20th Century Fox, pero el filme fue capaz de recuperar la inversión y de obtener varios reconocimientos importantes, incluyendo una nominación al Oscar a Mejor película, que terminaron por convertir al proyecto en uno de los grandes clásicos cinematográficos de todos los tiempos.
American Graffiti (George Lucas, 1973)
¿Qué problemas podría tener el set de película de adolescentes rebeldes? Aparentemente muchos, así lo prueba American Graffiti. El actor Paul Le Mat terminó hospitalizado tras sufrir una severa reacción alérgica por nueces, mientras que Richard Dreyfuss le acompañó al poco tiempo por una grave herida en la cabeza durante el rodaje. Harrison Ford prefirió la prisión tras ser arrestado por una pelea en un bar local. Para colmo de males, la secuencia de carreras automovilísticas casi termina con un accidente fatal. Y como toque final de su camino tortuoso, un actor decidió incendiar la habitación que alojaba al director George Lucas.
Los resultados: American Graffiti está muy lejos del impresionante éxito financiero de Star Wars, sin embargo la producción logró críticas muy positivas que aplaudían el atinado reflejo de una generación perdida en los Estados Unidos. Sobra decir que estas opiniones fueron determinantes para la carrera de Lucas, pues le dieron el reconocimiento necesario para perseguir el sueño de la galaxia lejana.
Tiburón (Steven Spielberg, 1975)
Nadie dijo que ser el director más reconocido de una generación fuera tarea fácil y, para lograrlo, Steven Spielberg tuvo que enfrentar incontables adversidades en varias de sus películas, algunas acuáticas en el caso Tiburón.
Los mayores problemas estuvieron vinculados con los tres tiburones mecánicos, afectuosamente llamados Bruce, que fallaban continuamente. Estos sufrieron severos desperfectos por el contacto con el agua y graves daños en sus recubiertas por la sal del mar. Sobra decir que estos conflictos retrasaron el proyecto y elevaron los costos de producción de $4 MDD hasta $9 MDD.
No nos sorprende que algunos miembros del crew decidieran rebautizar el proyecto de Jaws [Tiburón] a Flaws [Fallos].
Los resultados: Tiburón no sólo catapultó la carrera de Spielberg, sino que cambió para siempre la industria del cine al convertirse en el primer gran blockbuster de todos los tiempos. ¿A quién le importan los errores cuando obtienes estos resultados?
Apocalipsis ahora (Francis Ford Coppola, 1979)
Luego de consolidarse como uno de los máximos realizadores con El padrino, Francis Ford Coppola decidió realizar la más ambiciosa película de Vietnam con Apocalipsis ahora. Para garantizar el máximo realismo, el director decidió trasladar la producción hasta Filipinas, ignorante de que la excesiva humedad y las feroces tormentas harían que el rodaje de 5 meses durara un año entero. En caso de que esto no les parezca suficiente, el protagonista Martin Sheen sufrió un paro cardíaco en medio de la filmación.
Los resultados: ¿Una producción tortuosa? Definitivamente, pero al menos Francis logró su cometido; realizar la película definitiva sobre la infame Guerra de Vietnam. Y como cereza en el pastel, el proyecto fue nominado a Mejor película, director y guión adaptado.
Fitzcarraldo (Werner Herzog, 1982)
Fuera de lesiones, disentería, renuncias de último momento, reshoots y severos conflictos con los habitantes de la región, la producción de Fitzcarraldo fue relativamente normal, ¿no?.
Los problemas iniciaron cuando Werner Herzog quiso presumir una de las secuencias más desafiantes en la historia del cine: el arrastre de un barco por una montaña. Cualquier director habría recurrido a un modelo en miniatura, pero Herzog prefirió inclinarse por el realismo y emplear algunos extras para tirar un barco de 320 toneladas.
Los resultados: Fitzcarraldo se mantiene como una de las películas más ambiciosas del ovacionado creativo, quien de este modo ganó el título de “Conquistador de lo Inútil”. Y si se preguntan qué pasó con el barco, sobra decir que nadie se molestó en bajarlo y sus restos aún pueden apreciarse en Madre de Dios, Perú.
El secreto del abismo (James Cameron, 1989)
A la fecha, muchos fans creen que Titanic fue el rodaje más tortuoso en la filmografía de James Cameron, pero El secreto del abismo no se queda atrás. Los retos iniciaron por la naturaleza del proyecto, pues involucraba numerosas tomas acuáticas realizadas en una planta nuclear abandonada de Carolina del Sur. Las exigencias hicieron que el rodaje se extendiera más de lo planeado, por lo que el trabajo superó las 70 horas por semana. Para ahorrar tiempo, Cameron solicitaba a sus protagonistas que orinaran al interior de sus trajes, desatando así numerosos conflictos con su elenco. Finalmente el actor Michael Biehn recuerda que “un día estábamos en el camerino y la gente empezó a lanzar cosas por las ventanas y a romper las paredes. Teníamos que liberar la frustración de algún modo”.
Los resultados: Lamentables. El secreto del abismo es la película menos fructífera en la filmografía de James Cameron, pues apenas fue capaz de recaudar $90 MDD a nivel mundial. Pero eso sí, el filme fue un parteaguas en el mundo de los efectos visuales, que finalmente serían perfeccionados por el propio realizador en Terminator 2.
Mundo acuático (Kevin Reynolds, 1995)
Ya lo dijo Steven Spielberg tras el rodaje de Tiburón: “nunca volveré a filmar una película acuática”.
Lamentablemente Kevin Reynolds no escuchó las palabras del legendario realizador y decidió probar fortuna con la arriesgadísima Waterworld. A pesar de su elevado presupuesto de $100 MDD, los costos se elevaron con la construcción de una isla artificial en medio del mar y con la continua transportación entre sets acuáticos y tierra firme. Para colmo de males, la producción fue entorpecida por accidentes, picaduras de medusas y cambios repentinos en el guión. Al final, los costos de producción se elevaron hasta $175 MDD y harto de las adversidades, Kevin Reynolds decidió abandonar el proyecto en sus últimos días, cediendo la responsabilidad al propio Kevin Costner.
Los resultados: ¡Catastróficos! A pesar de las altas expectativas, Mundo acuático apenas recaudó $264 MDD a nivel mundial y fracasó rotundamente en sus aspiraciones por iniciar una franquicia futurista. Para colmo de males, la prometedora carrera del director Kevin Reynolds terminó estancada para siempre.
Titanic (James Cameron, 1997)
Hacer el, alguna vez, filme “más taquillero de todos los tiempos” [ahora el cuarto] no era tarea fácil y para lograrlo, James Cameron llevó su calidad y perfeccionismo al máximo. Los actores tuvieron que enfrentar el rodaje de numerosas escenas en agua helada, mientras que algunos stunts fueron lesionados tras ser arrojados durante el hundimiento del barco. Para colmo de males, parte de la producción sufrió una severa intoxicación que culminó con más de 50 personas hospitalizadas y con un importante retraso en el calendario.
Los resultados: Muchos pensaban que Titanic estaba destinada al fracaso, sin embargo, el filme recaudó una impresionante suma monetaria de más de billón y medio de dólares que la consagró como una de las historias más grandes en el cine, hasta que el propio Cameron rompió su propio récord con el estreno de Avatar.. Pero los éxitos no se limitaron a la taquilla mundial, pues Titanic fue galardonada con 11 Premios de la Academia, incluyendo Mejor película y director, que consolidaron al director como el Rey del Mundo.
Revenant: El renacido (Alejandro González Iñárritu, 2015)
Semanas antes de iniciar el rodaje, Alejandro González Iñárritu declaró que su filme debía ser completamente realista porque “si terminamos trabajando en pantalla verde con café y todos pasándola bien, todos seremos felices, pero la película será una mierda”. Por ello el mexicano decidió llevar el rodaje hasta la gélida Canadá y aprovechar cada minuto de luz natural para ofrecer una visión completamente orgánica. Lamentablemente estas decisiones prolongaron la filmación de manera impresionante, al grado que la producción tuvo que mudarse hasta Argentina para continuar con escenarios nevados. Sobra decir que esta situación generó numerosas tensiones entre cast y crew, por lo que algunos rumores hablan de severas discusiones entre “el Negro” y sus estelares.
Los resultados: Revenant: El renacido es el filme más ambicioso en la trayectoria de Alejandro González Iñárritu. La película consiguió los aplausos en los Premios Oscar y Leonardo DiCaprio logró acaparar la atención con su estatuilla como Mejor actor.
The Man Who Killed Don Quixote (Terry Gilliam, Sin estrenar)
No importa cuántas producciones fallidas enfrente Hollywood, ¡absolutamente nadie podrá superar la trágica experiencia de Terry Gilliam y su cinta, The Man Who Killed Don Quixote!
¿A qué nos referimos? Los problemas iniciaron con las locaciones españolas, ubicadas increíblemente cerca de una base aérea y cuyos continuos despegues eras escuchados durante el rodaje. Un tiempo después, una feroz tormenta destrozó gran parte de los escenarios, provocando retrasos que desencadenaron renuncias importantes del elenco. Finalmente el protagonista, Jean Rochefort, sufrió una grave lesión en la espalda que le obligó a dejar el proyecto, condenándolo de manera definitiva.
Los resultados: ¡Pobre Terry Gilliam! Luego de tantos esfuerzos, el proyecto terminó por ser cancelado de manera definitiva, mientras que todos los percances quedaron registrados en el documental Lost in La Mancha. Pero no te preocupes, por que esta historia no termina en final triste, ya que varios años después, junto a Adam Driver y Jonathan Pierce, el director logró estrenar su cinta.
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