El cine con canciones y coreografías también ha triunfado en las entregas de los premios de la Academia.
Presentamos un pequeño repaso de lo que ha sucedido con las películas musicales en los Oscar. La Academia varias veces ha premiado a cintas que contienen canciones y coreografías, demostrando que tienen predilección por este tipo de proyectos. ¿Sabes cuántas veces un musical fílmico ha triunfado en la ceremonia alzándose con la estatuilla dorada? Aquí te lo contamos.
¡Pasemos al listado!
Gigi (Dir. Vincente Minnelli, 1958)
Uno de los primeros casos de éxito entre los musicales y el Oscar. A diferencia de muchos otros grandes exponentes del género, el musical inspirado en la obra de Sidonie-Gabrielle Colette estrenó antes en cine que en el teatro. El magistral trabajo creativo comandado por Vincente Minnelli le valió ser catalogado como el último gran musical de la Metro-Goldwyn-Mayer, mientras que el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de EEUU la seleccionó en 1991 para su preservación por su valor histórico, cultural y estético.
La Academia no se quedó atrás en los reconocimientos, pues la premió con nueve premios –su mismo número de nominaciones– entre los que destacaron Mejor película, director, guion adaptado, música y canción original.
Amor sin barreras (Dirs. Jerome Robbins & Robert Wise, 1961)
Otro éxito de los musicales en el Oscar. Romeo y Julieta de William Shakespeare ha sido adaptada en incontables ocasiones, siendo Amor sin barreras una de las más memorables. La trama fue modernizada para llegar a Broadway y se desarrolla en el West Side –no de Verona– de Nueva York.
Luego de un impresionante éxito, fue llevada al cine en 1961, donde fue inmortalizada para siempre. La cinta fue dirigida por Robert Wise y Jerome Robbins, y protagonizada por Natalie Wood, George Chakiris, Rita Moreno y Richard Beymer; mientras que la música la creo el mismo Leonard Bernstein. A diferencia de Cantando bajo la lluvia, este musical sí fue reconocido por los Premios de la Academia que les concedió 10 galardones entre los que destacan Mejor película, director, actriz de reparto y –sobra decirlo– banda sonora para un musical.
Mi bella dama (Dir. George Cukor, 1964)
Otro caso de triunfo de musicales en el Oscar. La década de los 60s fue marcada por la música y el cine no podía ser la excepción, de modo que los musicales fueron parte importante del séptimo arte durante la década. Un buen ejemplo es Mi bella dama, inspirada en Pigmalión de George Bernard Shaw y que tuviera un estupendo paso teatral que le convirtiera en el musical más longevo de la historia y que fuera catalogado como el musical perfecto por el New York Times en 1993.
Sólo era cuestión de tiempo que Eliza Doolittle llegara a la pantalla grande, pero no fue hasta 1964 que lo logró bajo la dirección de George Cukor, las actuaciones de Audrey Hepburn y Rex Harrison, y la música compuesta por Frederick Loewe. El esfuerzo se vio galardonado con ocho estatuillas entre las que destacan Mejor película, actor, director y banda sonora. Por extraño que parezca, Audrey Hepburn ni siquiera alcanzó la nominación…
Mary Poppins (Dir. Robert Stevenson, 1964)
Uno de los grandes exponentes del cine musical, pues además de sus cualidades sonoras, representó importantes innovaciones en la técnica animada con todas aquellas secuencias que mostraran actores en acción real danzando acompañados por toda clase de personajes fantásticos.
El filme también marcó el gran debut cinematográfico de Julie Andrews, ganadora al Premio de la Academia por su estupenda interpretación y quien posteriormente se consolidaría entre las grandes figuras del cine musical. Aunque la cinta ganó otras cuatro estatuillas, todas ellas fueron por categorías técnicas, pues se quedó con las ganas para Mejor película, director y guion adaptado.
La novicia rebelde (Dir. Robert Wise, 1965)
Los musicales alcanzaron su apogeo durante los 60s y fueron adentrándose en temas más serios para explorarlos con su magia sonora. Luego de un impresionante éxito con Amor sin barreras, el director Robert Wise se aventura en otro musical que ascendería entre los grandes referentes del género: La novicia rebelde. Resulta curioso que Julie Andrews –quien lograra su consolidación musical con este proyecto– y Christopher Plummer no ganaran Premios de la Academia por sus respectivas interpretaciones, pero el filme sí recibió estatuillas importantes como Mejor película, director y banda sonora.
Esta historia también se había estrenado primeramente en Broadway y es asimismo, una adaptación de la novela La historia de los cantantes de la familia Trapp escrita por Maria Augusta Trapp para narrar las experiencias de su familia durante el nazismo. Al final, la historia no sólo marcó la vida de estas personas, sino de muchas otras a través del teatro, la música y el cine.
Cabaret (Dir. Bob Fosse, 1972)
Habían pasado dos décadas desde que se estrenara el primer gran musical, pero el género seguía dando muy buenos resultados tanto en taquilla, como en la calidad de las producciones. La racha continuó en 1972 con Cabaret, musical traído desde Broadway, aunque la versión hollywoodense se tomó varias libertades. El filme está basado en la novela de Christopher Isherwood titulada Adiós a Berlín.
La Academia le otorgó ocho premios entre los que se llevó Mejor actriz para Liza Minelli, Mejor director para Bob Fosse y Mejor música para Ralph Burns. Además de ello su éxito entre el público se vio reflejado en la taquilla y se convirtió en todo un referente entre los musicales hasta la fecha. La pieza fue seleccionada por la Biblioteca del Congreso de EEUU para ser conservada en su archivo.
Moulin Rouge! (Dir. Baz Luhrmann, 2001)
La popularidad del cine musical decayó durante los 80s y aunque algunos intentaron rescatarlo con esfuerzos aislados, ninguno logró ejecutar la hazaña. Todo cambió con el talento creativo de Baz Luhrmann. Él refrescó el género con una sensual, pero muy emotiva historia de un bohemio dispuesto a todo por ganarse el amor de una cortesana.
La cinta fue reconocida con ocho nominaciones al Premio de la Academia, incluyendo Mejor película y actriz. Pero sólo pudo hacerse con dos estatuillas técnicas en una de las decisiones más controvertidas en la historia del certamen. A pesar de ello, el mayor logro de Moulin Rouge! fue rescatar el género para las audiencias contemporáneas al demostrar que el musical no había muerto.
Chicago (Dir. Rob Marshall, 2002)
Muchos lamentaron la derrota de Moulin Rouge!, pero sólo pasó un año para que el cine musical retomara sus glorias de antaño con Chicago. La cinta dirigida por Rob Marshall se inspiró en la obra musical homónima de 1926, adaptada en 1927 e inmortalizada en Broadway en 1975,. Va de dos mujeres acusadas de asesinato y que buscan aprovecharse de la fama para recuperar su libertad.
El filme acumuló 13 nominaciones al Premio de la Academia y cosechó seis estatuillas, entre las que destacan Mejor película y actriz de reparto. Irónicamente, se quedó con las ganas de Mejor canción original.
La La Land (Dir. Damien Chazelle, 2016)
Los musicales y los Oscar se siguen llevando bien. El proyecto soñado de Damien Chazelle puede ser visto como una oda a la música jazz y a la ciudad de Los Ángeles. Pero también como una mirada a lo agridulce de las relaciones en pareja. Como sea que se elija leer los muchos temas al fondo del proyecto, lo cierto es que no se puede negar que es un gran musical.
Los miembros de la Academia lo detectaron y, por ello, le otorgaron las estatuillas a Mejor actriz (Emma Stone) y Mejor director (Chazelle). No así la de Mejor película. Bueno… sí, pero sólo por unos segundos. Esa es otra historia.
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