El cineasta Quentin Tarantino no pudo resistirse al fenómeno del Barbenheimer y acudió a una doble función.
El pasado fin de semana, dos películas muy esperadas hicieron su debut en la pantalla grande: Barbie de Greta Gerwig y Oppenheimer de Christopher Nolan.
Este fenómeno llamado Barbenheimer ha arrasado en el mundo, atrayendo la atención de cineastas como Quentin Tarantino.
Quentin Tarantino en una doble función
El estreno de ambas películas el mismo día provocó que muchos cinéfilos se enfrentaran a una difícil decisión. Sin embargo, Tarantino, conocido por su amor apasionado por el cine, encontró una solución singular para disfrutar de ambas películas. Una fotografía compartida en Twitter mostró al director en Los Ángeles, acompañado de Roger Avary, su colaborador en el guion de Pulp Fiction.
Tarantino cruzó de un lado a otro después de ver Oppenheimer para comprar boletos para Barbie, demostrando su entusiasmo por ambas cintas. Su travesía por los cines de Hollywood no pasó desapercibida para los cinéfilos.
Para ver Barbie, Quentin Tarantino visitó el Regency Bruin Theatre, el mismo cine que apareció en Había una vez en Hollywood, su aclamada película. En ésta, el complejo fue parte de una escena donde el personaje de Margot Robbie, Sharon Tate, compra un boleto para una película cómica y se sienta entre extraños.
In Westwood after seeing “Oppenheimer,” Quentin Tarantino walks across the street and buys a ticket to see “Barbie.” pic.twitter.com/w7TdfCE04n
— Saul Gonzalez (@SaulGonzalezCA) July 23, 2023
Barbenheimer como deleite cinéfilo
La similitud entre la experiencia de Tarantino en la vida real y la recreación de la escena es una coincidencia asombrosa. Al igual que Sharon Tate se sumergió en la experiencia cinematográfica, esta vez para ver a Margot Robbie en el papel principal de Barbie.
Barbenheimer ha dejado claro que nadie es inmune a la fascinante locura cultural que rodea estos dos estrenos, incluso Quentin Tarantino, quien, con su amor por el cine, ha demostrado que no puede resistirse a la magia de la gran pantalla. ¡Y nosotros tampoco!