Nos guste o no, el cine taquillero de 2016, las grandes producciones que nos iban a arrancar risas y asombro, fracasaron sin misericordia. X-Men, Batman, Superman, Independence Day, Tarzán, Alicia en el Espejo, todas ellas han sido grandes decepciones.
Pero 2016 no está perdido, el año será rescatado en su mayoría por las películas pequeñas, de bajo presupuesto, algunas que incluso ni siquiera encontraron el favor de ser estrenadas comercialmente en el cine.
Aquí nuestro listado de las 10 mejores películas en lo que va de 2016, algunas llegarán al Top Ten anual, otras probablemente no, pero ello no las demerita, todas en esta lista son grandes películas.
10.- Zootopia – Dir: Byron Howard y Rich Moore
Martin Scorsese en alguna conferencia solía decir que a veces en el cine hay que ser un contrabandista, es decir, infiltrar tras cierta fachada las verdaderas intenciones autorales, las ideas más arriesgadas, aquello que el director realmente quiere contar. Eso pasa con Zootopia; tras la fachada de una película optimista y de mensaje incluyente se descubre un homenaje al cine noir hard-boiled de los años 40, con grandes referencias cinéfilas (amplias referencias a El Padrino) y una pareja dispareja (la coneja Hopps y el zorro Nick) que no sólo resultan entrañables sino que uno no deja de pensar que ambos deberían terminar todo con un beso.
9.- Louder than Bombs – Dir: Joachim Trier
Malabarista del montaje. En el cine de Joachim Trier (pariente de Von Trier), el tiempo es relativo: lo mismo reinicia tres o cuatro veces su película que salta de la realidad a la fantasía onírica de lo que sus personajes están pensando en ese momento. Lo objetivo se vuelve subjetivo con un sólo truco: la edición. Así, Trier hace de un drama que se antojaba telenovelesco, en un notable ejercicio de estilo que en tiempos del uso y abuso del plano secuencia no deja de ser tan refrescante como sorprendente.
8.- Hail Caesar! – Dir: Joel & Ethan Coen
Este saqueo a clásicos de los años cuarenta y cincuenta (desde los musicales de Gene Kelly hasta las épicas de romanos pasando por el western y más) resulta no sólo en una de las películas más divertidas del año sino en un juego irresistible de referencias al cine clásico donde lo que importa no es la nostalgia sino el homenaje. Para los Coen, el cine -particularmente el de Hollywood- podrá ser manejado por las peores bestias, pero todo encuentra redención si se trata de hacer arte.
7.- 10 Cloverfield Lane – Dir: Dan Trachtenberg
10 Cloverfield Lane es un acezante thriller ejecutado con destreza. Una elegante pieza que funciona justo por lo sencillo de su trama, lo directo de su armado y sus sorprendentes actuaciones (denle un Oscar, ya, a John Goodman). Ejercicio sobre la paranoia y el terror a la otredad que suena casi a comentario político en una Norteamérica que se debate con otro loco que insiste en que el monstruo está afuera y más valdría pertrecharse tras un muro.
6.- Jungle Book – Dir: Jon Favreau
Nadie apostaba demasiado con este remake al clásico de Kipling/Disney, pero para sorpresa de todos se convirtió no sólo en una de las mejores películas del año sino que su director, Jon Favreau, probablemente esté sentando las bases de una nueva era para Disney, una era carente de impulsos autorales que apuesta por la ligereza, el humor, el espectáculo visual y sobre todo, por el desarrollo de la historia y la profundidad en sus personajes. Es cine que alcanza su grandeza no por el poder de la máquina sino por las pulsiones humanas que se transmiten a través de la misma. Una nueva forma de make believe.
5.- Son of Saul – Dir: László Nemes
El cine sobre el Holocausto se ha convertido en casi un género; con su ópera prima, Nemes parece decir basta: hablar sobre estos temas no debería ser un paseo seguro ni acogedor desde la comodidad de un asiento, al contrario, debe afectar al espectador, provocarlo, transmitir el horror del que es capaz la humanidad. Pocos temas exigen tanta honestidad como el Holocausto y Nemes encuentra aquí la forma de hacerlo, de retratar el infierno y hacernos partícipes pero siempre desde una visión irreprochable a la vez que brutal.
4.- CREED – Dir: Ryan Coogler
Coogler hace con la saga Rocky lo que J. J. Abrams no pudo hacer con la Saga Star Wars. Tanto Creed como The Force Awakens son el séptimo episodio de una franquicia convaleciente, ambas tienen como combustible la nostalgia setentera, pero Coogler, a diferencia de Abrams, entiende que esto no se trata de revivir paso a paso las escenas y circunstancias del pasado, Coogler apuesta por sus personajes, por la emotividad y sobre todo por la elegancia. Todo un knockout.
3.- The Witch – Dir: Robert Eggers
La mayor parte del tiempo, el cine de terror basa su subsistencia en la interminable repetición de fórmulas probadas. The Witch es de las pocas cintas del género que puede presumir de ser original. Su terror es una vuelta al terror primigenio, aquel de relatos que se contaban al calor de una fogata, es el terror provocado por la ausencia absoluta de la ciencia y el peso brutal de la fe. The Witch es también una invitación, la seducción absoluta en una sola frase: Wouldst thou like to live deliciously?
2.- Anomalisa – Dir: Charlie Kauffman
Anomalisa es un fascinante juego de simulacro y simulación, un mindfuck brillante de una belleza difícil de describir que sin embargo se tornará en una pesadilla mordaz e inquietante, tan perturbadora como hermosa a la vez. Una dolorosa exploración sobre la soledad, la modernidad y lo mundano.
1.- The Lobster – Dir: Yorgos Lanthimos
La mejor película en lo que va de 2016 es una que ni siquiera se estrenó en cines (pero sí la tenemos aquí en KLIC). The Lobster es una brutal crítica al infierno de las relaciones humanas, a la idea de que no podemos (no debemos) estar solos y que la vida en pareja es la única forma correcta de vivir. La sátira es poderosa, en este mundo ficticio donde está prohibido no tener una relación, se reconocen las obsesiones actuales de una sociedad Tinderizada donde la elección de una pareja pende de una imagen y un swipe, donde el miedo a la soledad fabrica relaciones basadas en andamiaje falso, donde la mínima afinidad ya es suficiente para entablar una relación “estable”. El autoengaño que sustituye al amor.
La ridiculez humana encuentra un dibujo perfecto en el cine de Lanthimos, sólo nos queda reír y reconocernos.