Los Caballeros del Zodiaco nos dieron grandes combates en el anime y elevamos el cosmos para que algunos lleguen a la pantalla grande.
Los Caballeros del Zodiaco puede presumir centenares de combates a lo largo de su historia. Sin embargo, existen algunos que siguen emocionando a los amantes del anime sin importar los años que pasen. Tanto por su intensidad y dramatismo, como por el coraje y el heroísmo de las partes involucradas. Y claro, el sacrificio, casi siempre de los Caballeros de Bronce, quienes daban todo en cada enfrentamiento para garantizar la supervivencia de Atenea.
Ahora que esta magnífica historia salta a la pantalla grande con su nueva película, Los Caballeros del Zodiaco: Saint Seiya – El inicio, nos ponemos nostálgicos con un recuento de los mejores combates de Los Caballeros del Zodiaco que nos gustaría ver en adaptaciones cinematográficas de acción real.
Seiya de Pegaso v Shiryu de Dragón
Seiya y Shiryu se conocieron cuando niños, pero su primer gran encuentro como Caballeros de Bronce consumados fue durante el torneo galáctico. Dos jóvenes poderosos, ambiciosos, seguros de sí mismos y convencidos de que sus cualidades les harían dignos de la armadura dorada de sagitario. El destino quiso que ambos se enfrentaran en fiero combate, siendo el dragón un guerrero excepcional y virtualmente imbatible salvo por una baja casi imperceptible en su defensa. Una debilidad bien aprovechada por el pegaso, cuyo impacto pudo resultar letal de no ser porque él mismo usó su poder para revivir el maltrecho corazón de su combatiente. Una dura batalla que terminó sellando una de las mayores amistades de esta historia.
Ikki de Fénix v Shaka de Virgo
No sólo es uno de los Caballeros Dorados más poderosos, también es el más cercano a Dios. Con estas características, no sorprende que Shaka de Virgo estuviera a nada de terminar con el grueso de los Caballeros de Bronce, lo que habría puesto punto final a la batalla de las doce casas y a la vida de Atenea. La caída del virtualmente imbatible guerrero sólo fue posible gracias al coraje de Ikki de Fénix, quien llevó el combate al extremo al hacer que su oponente lo privara de sus sentidos con el único fin de elevar su cosmos al máximo. Un noble sacrificio que terminó de una manera tan violenta como hermosa: una explosión que desintegró a ambos combatientes y que sólo dejó una armadura emulando la constelación de una virgen.
Shiryu de Dragón v Sigfried de Dubhe Alfa
El más fiero protector de Hilda de Polaris y de paso, el más poderoso de sus Caballeros de Asgard. No es para menos, pues hablamos de la reencarnación del guerrero que enfrentó al dragón del mito nórdico, empapando su cuerpo con la sangre de la criatura, garantizando así una imbatibilidad absoluta. O casi, pues una hoja impidió la cobertura total, dejando un punto débil que fue bien aprovechado por Shiryu. El Caballero de Atenea no derrotó a su contraparte, pero su sapiencia fue clave para exhibir las flaquezas su contrincante. Seiya de Pegaso haría el resto.
Seiya de Pegaso e Ikki de Fénix v Saga de Géminis
Uno de los duelos más brutales de Los Caballeros del Zodiaco, con un Seiya de Pegaso a medio morir que llega a la cámara del Patriarca para descubrir la verdad: Saga de Géminis es el usurpador. Más curioso aún es que el atormentado guerrero no recibe a su contrincante con odio, sino con una profunda bondad, explicándole que la dualidad de su signo le llevó a actuar contra sus principios, ya que la cara del mal se antepuso a la del bien. Una condición que sólo dura unos cuantos segundos, pues la villanía termina sobreponiéndose para marcar el inicio de una cruenta batalla por la supervivencia de Atenea.
Atenea y los Caballeros de Bronce v Hades
La reencarnación de Atenea en nuestro tiempo no fue casualidad, sino una respuesta a la nueva guerra santa que se avecinaba. Por eso tenía lógica que la última batalla enfrentara a la diosa protectora de la tierra contra el señor del inframundo. No contra el poseso Shun, sino contra la oscura entidad que concentra todo el mal existente. La guardiana no estaba sola en la batalla, pues como no podía ser de otro modo era acompañada y respaldada por sus fieles Caballeros de Bronce. Al final, el poder del bien terminó imponiéndose a la amenaza, garantizando así la supervivencia de nuestro mundo.
