Tras dirigir la adaptación de la serie de televisión El agente de C.I.P.O.L., otra del Rey Arturo y la versión en live-action de Aladdín, pareciera que Guy Ritchie ansiaba regresar a las comedias de acción y enredos tal como lo estableció en su ópera prima: Lock, Stock and Two Smoking Barrels, cuyo estilo ha ido depurando a través de los años como podemos constatar en Snatch y RocknRolla.
Apoyado en un interesante reparto (Matthew McConaughey, Charlie Hunnam, Hugh Grant, Colin Farrell, Jeremy Strong, Michelle Dockery, entre otros), Ritchie escribe la historia sobre Mickey Pearson (McConaughey) un capo de la millonaria industria de la producción y venta de mariguana que desea retirarse y vender su jugoso negocio. Él tiene a su lado a Ray, un leal e inseparable colega (Hunnam) quien vela por sus intereses y cuida sus espaldas ya que, como es obvio, no serán nada sencillas ni la retirada ni la operación. Esto se ve afectado por los sobornos de Fletcher, un pseudo periodista de ética cuestionable y métodos tramposos (un muy divertido rol interpretado por Hugh Grant), cuya astucia le da la seguridad de hacer negociaciones de alto riesgo con gente sumamente peligrosa.
Los caballeros tiene todos los elementos que caracterizan al cine de mafiosos del que tanto gusta el director: una edición con ritmo, flashbacks, velocidades de cámara y encuadres que funcionan como pistas para que después llegue esa vuelta de tuerca. El soundtrack es bastante efectivo también, pero quizá de los mejores elementos de la película son los personajes de Michelle Dockery (Downton Abbey), quien retrata a la mujer de Pearson, una esposa fuerte, decidida y brillante, con mucha clase y buen gusto para vestir; así como el coach de jóvenes que son rescatados de la delincuencia para reinsertarse por el buen camino en la sociedad, interpretado por Colin Farell.
En realidad la película no propone nada nuevo. La trama tampoco es de lo más original, lo destacado es lo definido de los personajes. Sin embargo es entretenimiento puro con cierta agudeza que toma predecibles trucos de la bolsa para permitirnos casi dos horas de humor ácido, violencia y diálogos inteligentes que hacen que Los caballeros sea una buena opción en la pantalla para quienes buscan algo no tan ligero pero tampoco tan clavado.
